Círculos

Opinión:

Emilio Calderón nos ofrece un libro inquietante que puede hacer que mucha gente se plantee sobre la realidad que nos rodea, incluso a los más escépticos.

Una de las sorpresas que nos depara la novela, a todos aquellos que somos amigos de la intriga relacionada con lo paranormal, se basa en la aparición estelar de Javier Sierra entre sus líneas, lo que sería una especie de cameo si estuviésemos hablando de una película. Será precisamente éste quien introduzca a nuestro protagonista en el mundo de intriga y misterio en el que descubrirá que nada es lo que parece.

La historia consigue atrapar al lector desde el principio con ese arranque dramático en el que descubrimos la tragedia familiar del profesor Bernaldo ocurrida durante el parto de la que sería su primera hija. Furioso y enojado, decidirá utilizar todos sus conocimientos para demostrar la inexistencia de Dios de forma científica y a eso se dedicará en cuerpo y alma.

Pastor-Luján se crea dos mundos paralelos: el real, en el que vive abrazado a su profesión, y el mundo de los sueños, donde vive junto a su mujer y su hija y es feliz en esta comunión familiar imaginaria.

Será a partir de la conferencia de Bradley, a la que acude animado por Javier Sierra, cuando su mundo comenzará a tambalearse. Todo aquello en lo que creía y que daba sentido a su vida acaba desmoronándose.

Se trata de una lectura adecuada para gente con la mente abierta, dispuesta a dejarse a llevar y a descubrir otras ideas y experiencias, a vivir aventuras insospechadas y que no pongan en tela de juicio la historia en sí. Sin aventurar mucho de la trama hay que añadir que el autor se ha documentado, y mucho, para tratar de ciertos temas, profanos para la mayoría de los lectores.

Así, una vez más, Emilio Calderón vuelve a sumergirnos en un mundo imaginario, en una apasionante aventura, en el que el lector junto al protagonista de la historia, tendrá que ir desvelando secretos ocurridos en el pasado, descubrir una realidad nueva y luchar por no perderse ante los nuevos descubrimientos. Todo ello gracias a la narración en primera persona que consigue que sintamos y vivamos las mismas experiencias que nuestro protagonista, caminando de la mano de dos mundos que acaban entrelazándose.

Mila L. Castelo