Buenas intenciones

Opinión:

A partir de la sinopsis, cualquier lector que conozca un poco sobre la bibliografía de Jane Austen, encontrará un paralelismo y una idea original idéntica al libro de la escritora inglesa "Persuasión". Y, precisamente, es así como la propia autora, Anna Casanovas, describe su novela.

Desde las primeras líneas, se puede apreciar la similitud entre ambas obras. Los personajes, son claramente identificables, el inicio, los temas a tratar, la profundización de los sentimientos, entre otras conforman todos los elementos que se asemejan a la obra original

Sin embargo, "Buenas intenciones" encierra más que una mera "copia" actual de la exitosa novela de Austen.

La historia está narrada a dos voces, Anne y Manel, y para sorpresa del lector, entre capítulos, se irán sucediendo pequeños fragmentos de la vida de Tom Lefroy y Jane Austen que acompañarán y ejercerá de paralelismos entre los sucesos acaecidos de ambos protagonistas. Además, se debe destacar que la biografía de estos dos personajes históricos tendrá un papel fundamental en la novela.

Del mismo modo, Casanovas, consigue instruir al lector en una parte de la vida de la novelista inglesa, casual y sutilmente, a través de cartas y anotaciones, que acompañan al texto, y que documentan los acontecimientos de las novelas. Estos escritos, se fundamentan al pie de página en referencias originales. Lo que denota que la autora ha llevado a cabo un proceso de documentación previo.

La novela comenzará con un secreto que mantiene la intriga del lector, y que la autora, con una pluma, sencilla y elegante, irá descubriendo a través de pequeñas pinceladas en la trama.

Es destacable, y digno de admirar, cómo la autora combina esta adaptación de "Persuasión", siguiendo sus mismos patrones. Es por ello que la trama presenta poca acción debido a que lo realmente importante de la historia es la evolución de los personajes, sus pensamientos y sentimientos. A su vez, introduce la biografía de Austen de tal forma que la convierte, básicamente, en un personaje principal más de la novela. Haciendo de ella una obra completamente inusual y diferente.

Los personajes se encuentran bien construidos. Anne representa al prototipo de mujer del siglo XXI, decidida, fuerte, independiente y luchadora. Mientras que Manel es un hombre sensible, educado, respetuoso e inteligente.

Uno de los aspectos que me ha gustado mucho es la forma en la que la autora describe la relación de estos dos personajes. Es un ejemplo de relación de amor saludable, basada en el respeto, la confianza y el apoyo mutuo. Es un amor puro, de protección y camino conjunto. Esto es algo muy positivo para mí debido a que rompe con los estereotipos encontrados en algunas novelas románticas llenas de sexo, amores a primera vista, multimillonarios engreídos, protagonistas sumisas, entre otras.

En cuanto a algunos aspectos que no me han convencido del todo destacaré dos. El formato de la novela; letra pequeña y muy junta, lo que provoca en el lector la sensación de no avanzar suficiente y hace la lectura más densa. Y el exceso de información irrelevante que la autora añade, en ocasiones, y que ralentiza la historia.

Por último, destacar que la autora consigue a lo largo de la obra dar una vuelta al pensamiento tradicional por el que se conoce al prototipo de mujer del siglo XVIII, reconociéndola como una mujer libre, decidida, soñadora, luchadora y adelantada a su tiempo. Todo ello consigue sacar, en conclusión, una teoría sobre de la historia de amor entre Tom Lefroy y Jane Austen que lector decidirá si creer o no.

En definitiva, esta novela trata sobre las segundas oportunidades, el crecimiento y la realización personal y de aquello que realmente importa en la vida y cómo replantearse alcanzarlo. Es un homenaje a Jane Austen y su obra que no deja indiferente y con la que el lector conseguirá deleitarse y soñar.

La encuentro muy recomendable para todos los seguidores de Jane Austen y a aquellos lectores que desean leer o les gusta la narrativa romántica actual sin edulcorar y tan real como la vida misma.

Marisa Costa