Ácido fólico

Opinión:

En su tiempo devoré este tipo de novelas que ahora se encuentran dentro del género denominado Chick-lit (una especie de romántico-moderno), a través, sobre todo, de las escritoras británicas, que fueron las precursoras de todo este movimiento que nos enganchó a las jóvenes de entonces. Puedo citar aquí, y hago memoria -mi mala memoria-, para rescatar a la incombustible Marian Keyes o la traviesa Fielding, y todos aquellos personajes con los que de ningún modo encajabas, ya fuera por tener unos trabajos envidiables (y puedo asegurar que la mayoría, entonces, no los tenían o apuraban su primer empleo) o familias que si pecaban de algo era de extremos: o demasiado unidas o demasiado extravagantes. Aún así, el género constituyó un éxito rotundo, ya que lo que hasta entonces se nos había vendido era la novela de un tono más edulcorado, tipo Corín Tellado.

Quizá por eso las jóvenes de entonces nos dejamos atraer fácilmente por este estilo, más desenfadado y libre de prejuicios en torno a las relaciones familiares, laborales y amistosas, en general, y adaptado a la época de los noventa. Aunque bien es cierto que "Ácido fólico" pertenece a ese tipo de lectura que suele quedar en el olvido resultará entretenida seguramente para las más jovencitas, a lo que he de añadir su contenido de rápida digestión.

Por otro lado, mi parte adulta debe mencionar que se trata de un cuento de hadas para adolescentes, una obra superficial y llena de tópicos en torno al mundo de las relaciones, que en ciertas ocasiones la he encontrado excesiva, pues no hace alusión a los problemas reales de la sociedad, ni la contextualiza dentro del año en que ha sido escrita, con lo que pierde calidad, así como credibilidad, al solapar sin demasiado rigor el tema central de la concepción femenina con asuntos del corazón, y ciertamente me ha resultado un poco pesada.

Saray Schaetzler