Una y otra vez (El tiempo entre nosotros 2)

Opinión:

Aunque estamos acostumbrados a que las series, trilogías, bilogías y demás libros que van en grupo tengan un título que los englobe, en el caso de "Una y otra vez", no hay. Y sin embargo, es la segunda parte de "El tiempo entre nosotros", publicado por B de Block en noviembre de 2012. Lo comento porque, aunque a veces algunas series de este tipo se pueden leer de forma individual, en este caso es interesante haber leído el primero para poder seguir el segundo. Es cierto que aparecen comentarios y alusiones a los sucesos de la primera entrega, pero uno se perdería la gracia del cambio de punto de vista. Y es que si "El tiempo entre nosotros" estaba escrito desde la perspectiva de Anna, en este nuevo libro, la autora nos brinda la visión de Bennett. Y es un acierto, pues gracias a ese nuevo enfoque somos capaces de ver qué suponen los saltos en el tiempo para él, tanto a nivel físico como a nivel emocional. Porque lo que había empezado para él como un simple juego, una excusa para poder ver todos los conciertos que siempre quiso ver, va tomando dimensiones mucho mayores; mucho más incluso que una simple historia de amor.

Y es que al no centrarse únicamente en el romance entre Anna y Bennett, podemos descubrir las dudas que el protagonista siente ante uno de los beneficios y peligros de los viajes en el tiempo: lo que ellos llaman los «rehacimientos». ¿Quién no se ha imaginado qué podría haber pasado si Hitler no hubiera nacido o si se hubiese podido avisar a tiempo de alguna catástrofe natural y así haber salvado miles de vidas? Es algo muy tentador: no solo saber, sino poder cambiar lo que nosotros creemos que salió mal. Es un acto altruista que, supuestamente, se hace por el bien común. Pero, como siempre se dice, el efecto mariposa es peligroso. Ray Bradbury ya jugó con la idea de las consecuencias de los viajes en el tiempo con "El ruido del trueno", un relato de ciencia ficción que planteaba que un simple cambio, ni que fuese chafar una mosca, podría alterar por completo el transcurso de los acontecimientos. En este caso, Tamara Ireland Stone plantea un dilema más sutil: ¿y si la presencia de Bennett es la que está alterando el presente de Anna y, en consecuencia, su futuro? Supuestamente no ha cambiado nada… simplemente ha añadido una variable que nunca debiera haber existido porque él nunca tendría que haber estado allí. Con premisas como esta, la autora presenta una historia en la que la fuerza del amor se pondrá a prueba ante la duda de qué es lo correcto: ¿renunciar o arriesgarse?

Escrita en primera persona y en un presente que, en ocasiones, carece del ritmo que dicho tiempo verbal requiere en una narración, se trata de una novela ágil y entretenida. El problema es que uno, al leer la contra del libro, espera algo que no ocurre exactamente. O al menos es lo que me ha pasado a mí a nivel personal. Al leer el resumen que aparece en la contra, uno espera que ocurra algo increíble, que en uno de sus viajes pase algo y que eso justifique ese cambio en las acciones y decisiones de Bennett. Sin embargo, y aquí va una especie de spoiler, no es hasta el final (y cuando digo final, me refiero a las últimas 50 páginas) cuando pasará realmente ese algo. ¿Es algo malo? No, pero choca que se planteen unas expectativas como esas en vez de dejar que uno se adentre en el libro y disfrute de una lectura amena y sin pretensiones de sorprender o conmover.

Porque lo cierto es que "Una y otra vez", como en el caso de "El tiempo entre nosotros", es una novela sencilla, que se lee de forma rápida y que avanza casi siempre con un buen ritmo (y digo casi siempre porque, a veces, los sucesos que narra se pueden hacer un poco repetitivos). No parece que pretenda ser una de esas historias con un giro inesperado ni una sorpresa que pilla al lector desprevenido. Es una novela que busca un objetivo tan admirable como cualquier otro y es el de entretener. Y lo consigue, sobre todo si ya se ha leído el primero.

Inés Macpherson