Dulce locura (Hermanos Martí 3)

Opinión:

Anna Casanovas, una de las fundadoras de la Asociación de Autoras Románticas de España, ha escrito numerosas novelas catalogadas dentro del género de romántica contemporánea, aunque se destaca por haber escrito también romance paranormal bajo el seudónimo de Emma Cadwell.

"Dulce locura" es la tercera novela perteneciente a la serie "Hermanos Martí", publicada por primera vez en 2010. Debido al gran éxito de la saga familiar, Titania ha decidido reeditarla, publicando en exclusiva su último volumen. A pesar de ser una serie de cinco novelas, las tramas de cada una de ellas son completamente independientes del resto por lo que, independientemente de los cameos, se puede leer en el orden deseado.

La pluma de Anna es delicada y se caracteriza por apoyar el grosso de la narrativa en las descripciones y la mirada introspectiva de los personajes que se manifiesta en su forma original de expresarse.

Como en todas sus novelas, la autora destaca por introducir temáticas actuales y universales con las que sus lectores pueden sentirse, en mayor o menor medida, identificados. En esta ocasión, a través de los protagonistas, se tratan los conflictos familiares, las expectativas y la superación personal, la relación de pareja con diferencias de edad, la búsqueda individual y la realización personal aunada a la profesional en busca de un equilibrio sano entre ellas.

Uno de los aspectos más notables de la obra es el modo en que la relación entre Anthony y Helena avanza y se ramifica. Por un lado, se profundiza en sus problemáticas individuales, tratando de encontrar respuesta en ellos mismos, siendo consecuentes y conscientes de sus acciones y decisiones. Por otro lado, a la par que ellos crecen de forma personal lo hacen en conjunto como pareja, descubriendo un modo de sobrellevar su relación a través del respeto, el apoyo, la confianza y la amistad.

Dentro de este aspecto, considero que los personajes se desarrollan con naturalidad y coherencia, impregnando su historia de momentos tórridos, románticos, dramáticos, tensos y divertidos haciendo, por consiguiente, de la lectura una montaña rusa que consigue mantener la atención en todo momento.

Del mismo modo, me ha gustado el trato que le da la autora a la dislexia dentro de la novela, enfocando las dificultades y las necesidades que presenta, reconociéndola como un trastorno del aprendizaje con el que se puede convivir y reivindicando la necesidad de una educación inclusiva y adaptada a las características del alumnado.

En general, "Dulce locura" es una novela bastante completa que profundiza en diversas problemáticas haciendo empatizar y reflexionar al lector, de un modo muy sutil, mientras le regala grandes dosis de romanticismo y horas de disfrute.

Marisa Costa