Contigo en el éter

Opinión:

"Contigo en el éter" es una de las historias de amor menos típicas que se pueden encontrar en el mercado. Desde la forma en que está escrito hasta los propios personajes y la dinámica de la relación, se rompe tanto con el estándar que algunos lectores acostumbrados a estructuras más clásicas pueden pensar "¿Qué es lo que estoy leyendo?".

Ese es, sin embargo, el mayor encanto del libro: se sale de cualquier esquema. De entrada, la forma de escribirlo es a la vez caótica y con sentido; mezcla los puntos de vista de los protagonistas mezclados con incisos de un narrador omnisciente muy personal que cambia su estilo en función de la escena.

Luego tenemos a los propios protagonistas, en cuyas mentes y procesos de pensamiento entramos. Que uno sea claramente autista y la otra sufra de un trastorno bipolar (trastorno que también sufre la autora) los hace únicos, aunque un lector desprevenido puede quedar algo desconcertado al principio ante esas "divagaciones" que, no obstante, tienen un sentido en el conjunto de sus personalidades y de su desarrollo. Lo curioso de todo es que, aunque se salen mucho de lo que consideraríamos "normal", es quizás por eso por lo que se sienten tan humanos y es tan fácil empatizar con ellos.

Ambos no son solo diferentes al resto, sino que entre sí son auténticos opuestos. Tanto, que es inevitable sentir curiosidad por cómo van a encajar sus vidas. Aun cuando en sus conversaciones (que van desde las abejas y los viajes en el tiempo a la vida delictiva de Regan) queda claro desde el primer momento que son lo que el otro necesita, sus formas de vivir son tan opuestas que resulta difícil adivinar cómo puede salir bien la relación.

Por otro lado, la novela se centra tanto en profundizar en los personajes y en su desarrollo que prácticamente no se encuentra ninguna trama. Eso, unido a que la mayor parte de las conversaciones son más bien densas y sobre temas que a algunos lectores no les resulten relevantes, sin que a veces se lleve a término algún que otro hilo, puede hacer que se haga pesado para algunas personas.

Aparte de ello, me quedo con la duda de que sea realmente una historia de amor, porque lo dos alcanzan un nivel de co-dependencia y obsesión mutua que podría calificarse como tóxico.

Vamos, que no es un libro para todo el mundo, pero a mí desde luego me ha fascinado tanto por su narrativa como por el desarrollo de unos personajes increíbles.

Déborah F. Muñoz