Ventura

Opinión:

Con solo ver la preciosa portada de este relato, y es algo que se extiende en páginas interiores, parece que vas a transportarte a una historia de fantasía con el firmamento y la magia del universo envolviéndola. Sin embargo, nos adentramos en una historia mucho más real de lo que parece.

"Ventura" es el apellido del protagonista, Marc Ventura y, curiosamente, en la primera página encontramos las entradas de la palabra común según el Diccionario de la Lengua Española (2001); 5 entradas concretamente, que, tras haber leído la historia, coincide con las fases en las que el protagonista se adentrará tras conocer a Ane Goitia. Marc es un joven de 35 años, separado, un tipo solitario cuyo mayor placer era observar cada noche con su telescopio lo mejor que el cielo le ofrecía desde su pequeño y frío apartamento en Tolosa, cerca de San Sebastián. Marc tenía una atracción inexplicable desde que era pequeño hacia las estrellas, como si ellas tuvieran la respuesta a los grandes misterios de la vida, como ya se pensaba desde la antigüedad.

Hasta allí se mudó desde Barcelona por la necesidad esa que a veces sentimos de "cambiar de aires". Marc sentía desde hace meses un cúmulo de sensaciones, pero ninguna de ellas positivas, que le hacían pensar que su tren ya había pasado, tanto profesional como personalmente. Había sido ambicioso, más en sus ideales que en sus hechos y había perdido. Había perdido "su estrella". Un día, movido más por el aburrimiento que por el interés, se adentra a navegar por una aplicación de contactos a pesar de ser más de la antigua escuela. Como quien busca, halla, de repente un rayo de luz, una corazonada que no sabría explicar y ahí estaba Estrella, cuyo nombre real es Ane Goitia, y un "hola" desencadena lo que será el núcleo de la trama; fluidas e intrascendentes conversaciones a distancia primero para despertar el interés en el otro, pero que envolvería en ilusión y esperanza sus almas grises, pues Ane también tenía sus propias heridas emocionales. Después llegaría la relación física y la química entre ellos en cada uno de sus encuentros; cuando esa condescendencia por agradar a la otra persona más que por otra cosa; floreciendo el romance poco a poco; compartiendo alguna que otra rutina juntos hasta que empiecen los primeros síntomas de que la balanza de lo que cada uno espera de la relación se desequilibra y aparecen las dudas, las inseguridades, los demonios internos que dará a una extensa reflexión sobre las relaciones, y qué puede impulsarnos a construir una con otra persona, o todo lo contrario. Dejo al lector que descubra cuál de las dos opciones ocurra y tenga en cuenta que "el corazón se recupera, siempre se recupera".

Estaremos en el día a día de Marc, de Ane también, pero en menor medida; sus rutinas, sus ilusiones y, sobre todo, sus sentimientos. Una historia que hará las delicias de los románticos y para aquellos menos sentimentales, podrán nutrirse de un buen compendio de reflexiones como un mini ensayo filosófico, sobre la vida, sobre la existencia, sobre quiénes somos y por qué somos como somos; el poder que le damos a la mente; las relaciones; las emociones y cómo estas se transforman pasando de un estado a otro como si fuera energía; o esa parte de la vida tan importante como es la búsqueda del amor - "¿qué es la vida sino la búsqueda del amor?"; ese amor que se halla, o a veces no, se pierde y se vuelve a hallar, o no, porque, aquí añado una frase de mi cosecha, ¿crees que las cosas solo significan algo si duran para siempre?

Una historia mágica que no irreal, dividida en 4 partes claramente identificadas durante el relato, de leyendas estelares y la magia entrando en juego, incluida una supuesta experiencia trascendental de Marc. "Todos buscamos una estrella, pero lo que muchos ignoramos es que esa estrella somos nosotros mismos". Y así lo hicieron Marc y Ane, encontrarse a ellos mismos, aprendiendo a dejarse llevar, vivir el presente, sin proyectar el futuro, y asentándose en su vida el significado de su apellido, Ventura.

*Publicada por Valhalla Ediciones.

Belén Flores