Trayectoria

Opinión:

Pareciera que Richard Russo hubiera decidido dividir su producción en una especie de cara y cruz dependiendo de qué género trabaje en cada momento. Si su novelística nos ha regalado esas historias de outsiders de clase trabajadora que vagan por ciudades minúsculas del este americano aparentemente aburridas pero que guardan tremendos secretos, en los relatos cortos que se incluyen en "Trayectoria" los protagonistas son en su mayoría refinados miembros de clase media-alta, con un nivel cultural elevado pero que, y ahí se encuentra gran parte del discurso oculto de los relatos, arrastran pesados traumas que lastran su vida.

Lo que la editorial Navona, con buen olfato editorial, pone ahora en circulación (ya tenemos que agradecerle edición de "Empire Falls", el flamante premio Pulitzer de Richard Russo, y las dos excelentes novelas "Ni un pelo de tonto" y "Tonto de remate") son cuatro relatos cortos de cierta extensión, en los que Russo deleita una vez más con su prosa perfectamente aquilatada y su maestría para la materia sensible. En "Jinete", sin duda el más meritorio de los cuatro relatos, una profesora de literatura de una universidad perdida en el vasto territorio norteamericano se enfrenta a traumas pasados y al desequilibrio de su matrimonio al tiempo que resuelve un aparentemente sencillo caso de plagio académico. Casi podría tener la categoría de novela corta de campus, y el texto es una belleza de carácter sutil, precisa en la pintura de sentimientos y el desarrollo  de Janet, su personaje principal.

Cada página de "Trayectoria" es un catálogo de neurosis y enfermedades del alma, el campo en el que más le gusta escarbar a Richard Russo. Para el escritor norteamericano (que bien podría estar ya a la altura de un Don DeLillo) la mediana edad es un territorio infernal, el espacio en el que toda ilusión parece desvanecerse. Sin embargo gusta encontrar que a casi todos los personajes de "Trayectoria" Russo les coloca en la búsqueda de la esperanza, de una posibilidad de mejora. Lo explora en cada obra y uno no se cansa nunca de recorrer con él ese universo de matices que su aguda percepción de novelista privilegiado sabe encontrar. Como en textos anteriores, contiene un humor contenido, apenas explícito, apto solamente para paladares finos.

Una recomendación mayúscula para los amantes de la narrativa de profundidad psicológica y dimensión literaria, y para todo aquel que haya disfrutado descargas anteriores como "Empire Falls" o "Ni un pelo de tonto".

Rafael Ruiz Pleguezuelos