Snowden. Sin un lugar donde esconderse

Opinión:

Existe una extendida creencia en todas las partes del planeta de que detrás de cada periodista hay, en realidad, un escritor frustrado. Y aunque sea una exageración, algo de cierto hay, ya que no son pocos los plumillas que dan el salto a la literatura sólo para descubrir que lo que funciona en los medios no lo hace en un libro. Sin embargo, siempre hay excepciones, y Glenn Greenwald es una en todos los sentidos.

"Snowden. Sin un lugar donde esconderse", es un relato rápido, ágil y ameno de unos días que cambiaron la faz del periodismo y el espionaje para siempre. Sin aderezos y sin ocultar nada, incluido el tedio de la espera o las discusiones de pareja, Greenwald teje el tapiz de lo que se convirtió en el mayor escándalo relacionado con el espionaje hasta la fecha. Y lo hace desde el principio, desde aquellos días en los que un presunto informante le solicitaba la instalación de programas criptográficos en su ordenador solo para hablar vía chat.

Lo interesante del libro de Greenwald es la aparente ausencia de epicidad en la historia que cuenta. Y que, sin embargo, no deja de impregnar cada una de las páginas. Quizá porque todos sabemos, igual que lo sabían los protagonistas de la historia, cómo acabaría Snowden: perseguido y obligado a buscar asilo por todo el mundo. Y es esta falta de heroicidad manifiesta, de grandiosidad exagerada, la que hace que la historia funcione como un reloj. Que fluya con los tempos medidos, creciendo en los lectores la ansiedad que debieron sentir Greenwald y Snowden a medida que se acercaba la fecha de publicación de los documentos.

Algo más de un año después de aquello, las revelaciones del ex agente de la NSA parecen haber caído en el olvido, pero este libro no solo nos las recuerda, volviendo a mostrar en toda su magnitud las atrocidades contra la intimidad que la agencia norteamericana cometió en nombre de la seguridad nacional. Además, ofrece nuevos documentos, nuevas pruebas de las irregularidades con las que se estaba conduciendo. Y nos hace preguntarnos hasta qué punto el valor de Snowden cambió algo en sus prácticas.

El libro de Greenwald es, sin duda, una lectura imprescindible para los amantes de la actualidad, para los periodistas en ejercicio o en proyecto, para los lectores de novela negra y thriller, para los amantes de las novelas de espías, para aquellos que quieran saber qué es lo que está ocurriendo en el mundo hoy en día.

María Martín