Sed de amor

Opinión:

Al regresar de los almacenes Hankyu, Etsuko encuentra en su habitación una estampa grotesca que poco después se convierte en una genialidad hilarante de Yukio Mishima: Yakichi, patriarca de la familia Sugimoto y suegro de la protagonista, se hallaba entretenido leyendo el diario íntimo de su nuera. Lo que él no sabía, sin embargo, es que se trataba de un diario falso, repleto de mentiras, de falsas confesiones y de deformaciones de las auténticas vivencias de Etsuko. La protagonista de "Sed de amor" es una mujer peculiar: cuando su marido, Ryosuke, cayó gravemente enfermo, ella se desvivió por cuidarlo y acompañarlo durante los meses que duró la enfermedad. Ahora bien: durante esa etapa de su vida, Etsuko descubrió que sus sacrificios no eran fruto de la pasión romántica, sino más bien de un carácter sumiso y entregado que hallaba el mayor gozo en el mero acto del sacrificio.

Tras la muerte de su marido, Etsuko debe aceptar -así lo exigen las normas de cortesía japonesas- la invitación de su suegro, Yakichi Sugimoto, para vivir a su lado en la aldea de Maidemmura, en Osaka. Pese a la reciente viudedad de la protagonista, el patriarca de la familia la convierte en una especie de concubina, tratándola con una mezcla de cercanía paterna y conyugal. Esta extraña relación no pasa desapercibida a ojos del resto de habitantes de la casa; y, de hecho, así lo demuestran las conversaciones que regularmente mantienen los dos hijos de Yakichi, Kensuke y Yusuke, con sus respectivas esposas. Tampoco ignoran ellos las miradas que Etsuko dirige continuamente a Saburo, un joven campesino que presta sus servicios en los huertos y jardines de la familia Sugimoto. Pese a su dinámica costumbrista, el argumento de la novela se va retorciendo a partir del momento en que Etsuko regala un par de calcetines a Saburo, gesto con el que rompe la división social que los separa.

Sin ser una novela confesional o autoficcional -como sí lo era su opera prima, "Confesiones de una máscara"-, "Sed de amor" mantiene la tendencia intimista e introspectiva que caracteriza a toda la narrativa de Yukio Mishima. En este caso, sin embargo, el narrador adopta una tercera persona muy aséptica para relatar las inquietudes de la viuda Etsuko, producidas por su inclusión forzosa en un ambiente familiar de indudable asfixia. Uno de los mayores atractivos de la novela es precisamente ese paisaje tradicional que dibuja su autor mediante la confrontación entre Maidemmura (Osaka) y la gran urbe de Tokyo. No obstante, considero que, si por algo sobresale la novela, es por la verosimilitud y la complejidad de la mente de la protagonista: como es habitual en las novelas de Mishima, Etsuko es una mujer que no se limite a ser, a amar o a rendirse, sino que está formada por todo tipo de matices, como reflejan algunas de sus reflexiones a lo largo de la novela y, sobre todo, sus acciones, en muchas ocasiones inesperadas y sorprendentes para el lector occidental.

Sin ser una novela romántica, "Sed de amor" cuenta una bella historia sobre las pasiones humanas, y lo hace mediante el estilo tan lírico y refinado que cultivó Yukio Mishima en sus textos.

Darío Luque