Sangre en el foro: Los asesinatos de la antigua Roma

Opinión:

Emma Southon nos lleva de viaje a la Roma antigua, pero más allá de lo que fuera la vida de los romanos, aunque nos dejó bastante de su historia, ella nos acerca a la sangre tanto de asesinatos como de los gladiadores. También es un libro con reflexiones sobre el sistema penal romano comparándolo con el actual.

Mientras los gladiadores luchaban en el anfiteatro (rara vez a muerte) contentando a los espectadores, nuestra autora investiga en homicidios reales de la historia romana para comprender cómo el ejecutor, la víctima y el acto eran examinados por la gente común. Ella quiere que entendamos cómo dentro de su sociedad eran vistos el crimen y sus castigos, cómo entendían ellos la vida y la muerte.

Lo ha narrado de forma muy divertida y a veces aterradora. Los primeros capítulos son los que más he disfrutado. Asombra que, siendo los asesinatos un tema tan terrible, haya usado un lenguaje alegre, creo que ese detalle le ha quitado algo de seriedad al libro, pero a cambio estoy segura que ese tono llegará a muchos más lectores y no sólo a los interesados en la historia. Es una lectura entretenida repleta de anécdotas morbosas, aunque algunas te sacan de la lectura. En algunos momentos se detiene a reflexionar en varios asuntos, ahí podemos estar de acuerdo o no en sus conclusiones. Leer la forma de ser tratados los esclavos fue horrible, pero es algo que sigue sucediendo hoy en día y ha sido así toda la historia, la legislación romana sobre la esclavitud fue evolucionando a lo largo de su historia y siempre a favor de un trato mucho mejor. Eso también sucedió respecto al papel de la mujer romana como heredera, propietaria y sujeto de derecho.

En todo momento evita usar un estilo académico, pero el conjunto de los asesinatos más famosos es acertado. ¿De qué asesinatos nos comentará? De los más conocidos. Por ejemplo, que Claudio fue envenenado, según dicen, por su sobrina y esposa Agripina para poner a su hijo Nerón por los partidarios de su sucesor Otón. Señala que, en un periodo de cincuenta años durante la gran crisis del siglo III de la que tenemos escasos, datos fueron asesinados veintiséis emperadores.

Nueve capítulos dedicados a diferentes asesinatos. Entre tantos, destacar a los hermanos Tiberio Sempronio Graco y su hermano Cayo por sus reformas agrarias. Leeremos sobre la pena de muerte dentro de las leyes de las doce tablas, el derecho de apelación, el derecho a no ser castigado, bajo excepciones, con castigos físicos y las ejecuciones exclusivamente mediante decapitación para los ciudadanos romanos.

En Roma existía la pena de muerte como hasta hace poco en la mayoría de países y sigue existiendo en muchos, no entiendo muy bien que a nuestra autora esto la inquietara tanto. Un ciudadano romano no podía ser condenado, así por las buenas, ni a castigos corporales ni a la pena de muerte. Si le condenaban a muerte podían apelar, en tiempos de la República, al pueblo, que era capaz de conmutar la pena, o en los tiempos del principado del emperador, no debemos olvidar que el derecho de apelación es romano.

Como ha sucedido a lo largo de la historia muchos crímenes políticos en realidad no fueron tales, porque se imaginaban, como ocurre hoy en día, supuestas conjuraciones que llevaban a la muerte de alguien importante por venenos o encantamientos cuando en realidad habían muerto por causas naturales, entonces desconocidas para ellos al tener una medicina primitiva. Este detalle lo comento por el apartado que la autora dedica al capítulo "Asesinato con magia". Como bien dice Emma, hubo conspiraciones que llevaron al crimen político, como en el caso de Julio César, asesinado bajo la acusación de tirano durante una reunión del Senado en el teatro Pompeyo o el de  Cayo Julio César Germánico, Calígula, por su política desquiciada, o el de Tito Flavio Domiciano por su enfrentamiento al Senado y sus derrotas en el Danubio. Los resultados de las múltiples guerras civiles que envenenaron y destruyeron el imperio romano traían como consecuencia la muerte del candidato derrotado.

Emma Southon hizo un buen trabajo teniendo en cuenta que se han perdido un caudal de datos inmensos al no llegarnos las fuentes históricas o muy pocas y mutiladas. Apenas nos ha llegado información de la mayor parte de la historia de Grecia y Roma de la antigüedad en general y de lo que disponemos muchas veces son chismes y maledicencias que divertían a la gente.

Un libro ameno, con bastante documentación, repleto de anécdotas donde la sangre, vísceras, asesinatos y emperadores se dan de la mano, entre estas páginas, para saber sobre las diversas maneras de morir en Roma.

Violeta Lila