Rey de reyes

Opinión:

"Rey de Reyes" tiene un poco de todo: distintas culturas, localizaciones variopintas (desde ciudades medievales hasta desiertos o selvas) y un montón de personajes a los que seguir la pista, todos ellos importantes para la trama que se desarrolla. Debo decir que se vería beneficiado de un mapa y un pequeño índice onomástico, porque, aunque por suerte tengo buena memoria y no me he perdido demasiado, conozco a muchos lectores que habrían tenido dificultades para seguirlo.

Con un toque de fantasía, pero por lo demás bastante realista (si obviamos el mundo inventado), en general me ha resultado una lectura ágil, aunque en algunos casos Tamara Mahillo narraba con bastante extensión detalles que al final resultaban irrelevantes (a veces, de forma redundante), lo que aumentaba el grosor y la complejidad del libro de forma innecesaria. Ya sabemos que la regla de la fantasía es que, si algo se menciona, debe ser importante, y que si el autor se extiende en ello, lo es todavía más, pero en este caso el esfuerzo por recordar ciertos detalles era innecesario. Un ejemplo sería las veces que se extiende en lo buena empresaria que es la dueña del burdel, pero su papel es apenas secundario y llegado un momento desaparece de escena para no volver.

Por otro lado, se nota que los personajes (que en general son bastante blanditos pero firmes en sus valores) se han trabajado, pero el worldbuilding me pareció un poco flojo. Por ejemplo, la gestión de las distancias y los tiempos en el mundo creado me ha dejado un poco descolocada en algunas ocasiones, además de la comunicación y algunos aspectos de los reinos. Además, todo pasa terriblemente rápido, pero llegada la hora de la verdad se acelera aún más y pasan muchas cosas "porque sí" especialmente al principio y al final: "cómo se las ingenió para que diera la cara por ellos, nunca lo desveló"... cosas así para explicar escenas fuera de escena clave; aparece un ejército malvado de la nada sin que sepamos sus motivaciones u origen e infinidad de pequeños detalles de ese estilo.

En cualquier caso, a pesar de su extensión, es una historia entretenida.

Déborah F. Muñoz