Un cadáver en la mansión Sainsbury

Opinión:

Se nota mucho cuando alguien siente pasión por los libros y eso es lo que le sucede a la editorial d'Época. No solo pone un mimo especial en sus ediciones, sino que se preocupa por dar a conocer obras o autores poco o nada conocidos en nuestro país; es un sello que apuesta por la calidad literaria antes que por lo comercial, algo que se agradece muchísimo. Reconozco que soy una fan y que no puedo resistirme a las joyitas que editan, la última es "Un cadáver en la mansión Sainsbury" una novela policíaca perteneciente al género que surgió en la década de los años 20: la Golden Age y que, además, tiene el atractivo de que se desconoce la identidad de su autor. En pleno siglo XXI aún es anónima la persona que se esconde tras el alias de A. Fielding.

Es una lectura tanto para quien le guste el género policíaco como al que no, debido a que no se centra solo en mostrar un asesinato, sino que, de paso, nos habla de cómo era la sociedad inglesa en los años 20. El subgénero al que pertenece también es peculiar, el Golden Age se caracteriza por la personalidad que tienen sus detectives, todos ellos muy meticulosos, profesionales. Todos ellos toman como referente al inspector Trent, considerado el primer gran detective de las novelas Golden Age. "Un cadáver en la mansión Sainsbury" tiene una esencia muy clásica. Todo se inicia con el descubrimiento del cadáver de una mujer en la mansión Sainsbury. Por el corte de pelo tan peculiar, todos dan por sentado que se trata de la señorita Ann Gissburn, el inspector encargado del caso será Pointer, de Scotland Yard. La aparición del cadáver de Ann Gissburn pilla a todos por sorpresa, especialmente a la señora Markham y a su hija, que daban por hecho que Ann se encontraba de vacaciones.

Con el descubrimiento del cadáver se inicia la investigación. Siguiendo la estela de Trent, Pointer será muy sagaz. No da nada por sentado, sino que trata de llegar a la clave de todo. Lógicamente, no voy a decir cómo acaba ni nada más sobre el argumento.

Uno de los puntos más fuertes de la novela, y que hace que hoy 90 años después de su publicación se mantenga fresca, es la adicción con la que la lees. Es una trama que atrapa al lector y que le mantiene alerta. La intriga no desaparece ni mengua, como Pointer y el resto de los personajes, tienes ganas de saber qué es lo que ha sucedido. Esta atmósfera es muy sutil. Al mismo tiempo, es un retrato costumbrista que te muestra cómo vivía la alta sociedad inglesa. El crimen no tiene lugar en los barrios bajos de Londres, sino en toda una mansión victoriana. Por otro lado, al estar escrita en 1929, tiene ese toque "charleston" que había en ese momento. Todos estos personajes están muy bien definidos, son creíbles, todos ellos muestran su lado bueno y el malo. El autor, o autora, es bueno a la hora de crearlos. Seguro que os recuerdan a los de Agatha Christie, no es plagio, sino algo lógico. Ella era uno de los máximos referentes de la Golden Age, así que es normal pensar que creó escuela e influyó a otros autores. Tienen similitudes, pero los personajes de A. Fielding mantienen su propia personalidad.

Otro punto muy importante, son las ilustraciones que acompañan al texto. Sus autores son Harrison Fiisher y Clarence F. Underwood. Son preciosas. Es otro de esos detalles que tiene d'Época y que le dan ese toque tan especial.

Es una lástima que no sepamos quien es realmente su autor, o autora, que no se sepa más, si escribió más novelas o solo esta. "Un cadáver en la mansión Sainsbury" es una novela que se lee con ganas, que te atrapa. Tiene su ritmo de acción propio con algún que otro giro inesperado. Como he comentado antes, a sus 90 años mantiene una gran frescura así que vale mucho la pena leerla y descubrirla, adentrarse en la Inglaterra de loa años 20.

Ysabel M.