Perros de paja

Opinión:

John Gray, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Oxford y de Pensamiento Europeo en la London School of Economics, es a día de hoy uno de los pensadores más influyentes de nuestro tiempo. Formando en el ámbito de la filosofía de la ciencia política, ha diseñado a lo largo de su carrera una relevante crítica a la idea de progreso y a su sustrato religioso -en obras como "Misa negra" (2017) y "Siete tipos de ateísmo" (2019)- y también ha propuesto el abandono del antropocentrismo en libros como "El silencio de los animales" (2013) y "Filosofía felina. Los gatos y el sentido de la vida" (2021). Ambas cuestiones, centrales en su pensamiento, cobraron gran relevancia hace veinte años con la publicación de "Perros de paja", un polémico ensayo que tiene como objetivo apartar a los seres humanos del lugar central en el que nosotros mismos nos hemos colocado, tanto en la historia como en las demás disciplinas científicas y humanísticas. Como explica el propio autor en las primeras páginas del ensayo, su postura se remonta a las teorías de Darwin, que fue el primero en situarnos junto al resto de animales. A partir de la oposición entre darwinistas -quienes conciben al ser humano como un animal cualquiera- y humanistas -quienes creen en la posibilidad de controlar nuestro entorno gracias a las herramientas que nos ofrece el progreso-, y sirviéndose siempre de las ideas que han propuestos otros pensadores y teóricos de la ciencia, como E.O. Wilson, James Lovelock o Feyerabend, Gray niega los fundamentos científicos de la idea del progreso y, por el contrario, insiste en sus orígenes en el pensamiento mítico y religioso.

El segundo capítulo deja atrás ese bagaje científico y se centra ahora en la cuestión filosófica. A partir de las interpretaciones historiográficas de Kant, Nietzsche, Schopenhauer, Heidegger o Wittgenstein, el autor reflexiona sobre la individualidad y la moral a partir de cuestiones tan relevantes como el superhombre o el humanismo. Con ello, John Gray demuestra cómo los filósofos han tratado de mostrar nuestras diferencias respecto al resto de animales. La propia capacidad del lenguaje, que se ha interpretado como el rasgo distintivamente humano, o también la capacidad de la (auto)conciencia, son analizadas en estas páginas desde una perspectiva que prioriza nuestra animalidad. Incluso la moral es criticada en el tercer capítulo del ensayo, donde se exploran sus orígenes bíblicos y su arbitrariedad. De esta forma, John Gray penetra astutamente en un ámbito tan complicado como es el de la religión, y lo hace desplegando una compleja constelación de referentes literarios y filosóficos que incluye a Kazantzakis, a Dostoyevski, a Cioran y a Nikólai Fiódorov, entre muchos otros. El ateísmo, la posibilidad de salvación, la inmortalidad, la magia y la superstición son algunos de los temas que trata el autor para desmontar esa idea tan extendida que es el progreso.

En cualquier caso, posiblemente el capítulo más interesante de "Perros de paja" sea el último, donde se trata de forma más directa la cuestión del progreso y su incidencia en la falsa creencia de que somos diferentes del resto de animales. Mediante el análisis de situaciones concretos, como la evolución del hombre prehistórico, la construcción del Estado del bienestar y del capitalismo, las teorías ilustradas de la modernización o la época de aislamiento que vivió Japón, el autor trata de defender hasta el final su postura crítica ante la evolución de la ciencia y del conocimiento. Sin entregarse a complejas argumentaciones filosóficas ni a un estilo recargado o técnico, John Gray construye un ensayo intelectualmente ambicioso con una prosa sencilla y accesible para cualquier lector. Un excelente ejemplo de que el pensamiento no ha de estar reñido con la accesibilidad.

Darío Luque