Páramos lejanos

Opinión:

"Páramos lejanos" se ha publicitado como una obra de retrofuturismo, la primera novela greenpunk española; pero, ¿son necesarias hoy en día tantas etiquetas para disfrutar o, al menos, conocer una obra? Parece ser que sí, y es una estrategia de marketing para dar a conocer la obra en cuestión. Realmente, en este caso el greenpunk se englobaría en un orden mayor que es el retrofuturismo, que es el que engloba corrientes como el steampunk, dieselpunk, atompunk y bitpunk. Pero, en realidad, ¿esto nos da una idea de lo que vamos a encontrar?; no lo sé, podemos tal vez encontrarnos algo perdidos ante tantas etiquetas, e incluso llegar a confundirnos por las similares designaciones (el término "punk").

Dicho esto, yo a "Páramos Lejanos" la hubiera denominado "novela ecológica, o ecologista", y ya en la sinopsis hubiera ahondado en el tema de retrofuturismo y de los viajes en el tiempo, como de hecho, se hace en la contraportada del libro.

La parte de retrofuturismo viene dada por la trama en que La Fundación, una entidad privada de Barcelona, trabaja para tratar de resolver los graves problemas derivados de una excesiva industrialización y un progreso desaforado de la humanidad; es 1900 y sorpresivamente reciben la llegada de un visitante del futuro, que lleva una foto de un joven, tomada en 1899. Este joven, Oriol, será "reclutado" por La Fundación para viajar al futuro, encontrar una solución a la a los problemas (alta contaminación, etc), y regresar con ella. Oriol es un joven que trabaja en una feria de "curiosidades" dada su capacidad de memorizar libros enteros con una sola y rápida lectura.

En el futuro, comienza con lo que nos parece una obra de literatura juvenil, con el protagonista huyendo en una Barcelona postapocalítica, tanto de las bestias que ahora dominan la ciudad, como de las bandas que sobreviven en ella. Sin embargo, pronto cambia el tono y Oriol toma contacto con otros supervivientes que viven en total armonía y simbiosis con la naturaleza. Incluso la Luna está en simbiosis con este grupo y con la naturaleza que les rodea y en la que viven integrados (esta idea en concreto me pareció excesiva, en realidad, dentro del contexto de la narración). A partir de aquí, de la relación que establece Oriol con esta gente, de ver cómo la naturaleza ha conquistado todo aquello que el ser humano se empeñó en destrozar, de comprobar cómo se puede vivir en equilibrio y sincretismo con el mundo natural, el protagonista se pregunta (y nosotros con él) si es adecuado volver al pasado para solucionar (momentáneamente) los problemas y, con ello, borrar toda esa línea de evolución, a toda esa gente entre la que ha encontrado la paz, la amistad y, por supuesto, el amor. Pero sabe que el diario que lleva, y su foto regresaron a 1900, así que, ¿cómo solucionar esto?; éste es el giro final que el autor se ha estado guardando desde casi las primeras páginas, con lo que ha estado jugando todo ese tiempo y que, evidentemente, nos sorprende.

A pesar de ciertos momentos en que la suspensión de credulidad nos desborda (el caso que comentamos más arriba sobre la Luna), hay otros momentos de gran belleza, junto con otros de más acción y casi brutales, así como ciertos pasajes con teorías sobre el tiempo, de cuyo fluir (e incluso de su manejo) son responsables las arañas y, en menor medida, las mariposas. Todo esto será fundamental en el devenir de la trama, aunque hay ciertas cosas de las que nos gustaría saber más, que estuvieran más desarrolladas más allá de servir como elemento en la trama, y que tuvieran su tratamiento para saber más del tema sobre el fluir del tiempo y su relación con dichas especies animales.

En cuanto a la edición, lo he leído en la versión digital para prensa de la editorial Kelonia; aún así, se nota una edición muy cuidada, con preciosas portada y contraportada, así como en el interior, con las hojas de transición entre los capítulos, y las letras capitales de encabezamiento.

Con todo ello, una obra de ciencia ficción "ecológica" agradable de leer, con algunas teorías de las que nos gustaría saber más, a la que le cuesta un poco arrancar hasta que Oriol toma contacto con la gente de Bahurim, pero que luego nos introduce en parajes de gran belleza, con un giro final que, en realidad, tampoco era tan difícil de prever (sí, sé que antes he dicho que nos sorprende… pero una lectura atenta desde el principio nos permite ver que era una opción que estaba ahí, y que podía ser usada sin problemas), pero que es utilizada por el autor de forma adecuada.

J. Javier Arnau