Locura y poder. Los enfermos que gobernaron el siglo XX

Opinión:

Es impresionante la larga lista que ofrece Crasnianski de poderosos dirigentes políticos que padecieron graves enfermedades en su momento de mayor gloria pública y en la decadencia hasta su final, y especialmente sobre las potentes y en algunos casos devastadoras drogas que les permitían disimular sus problemas en ese teatro permanente que es el ejercicio del poder. Roosevelt, Pompidou, Mitterrand, Honecker, Gandhi, Golda Meir, Yeltsin o Marcos, forman parte de una relación de esos enfermos mientras estaban en el poder que se suma a los protagonistas de este libro. Porque esta obra describe con gran precisión y calidad narrativa la trastienda más humana, vulnerable y en alguno casos desequilibrada de individuos enfermos como Hitler, Franco. Pétain, Kennedy, Mao, Mussolini, Stalin y Churchill.

Una de las grandes virtudes de este ensayo es plantear la influencia que la enfermedad tuvo en determinadas decisiones que influyeron en el mundo entero, incluso qué órdenes o mensajes estuvieron condicionados por el efecto de potentes drogas que inevitablemente influyeron en el estado mental de estos personajes. Un enfoque a menudo obviado en muchos libros de historia, que aquí se corrige gracias una eficaz descripción de esa realidad que permite una imagen más cabal de estos protagonistas del siglo XX.

Los miedos, las dolencias, los vicios, las limitaciones físicas, las somatizaciones, las ausencias o las soledades, forman parte de unas historias médicas y químicas que aportan más luz sobre determinados momentos de la historia del siglo pasado. Las diversas erratas que aparecen en el libro y algunas construcciones gramaticales perfectamente evitables, no empañan el interés de una obra que nos arroja una luz necesaria sobre la dimensión más humana de individuos idolatrados por masas de fervientes seguidores, que sin embargo eran rehenes de padecimientos en algunos casos vulgares y en otros amplificados o contaminados por una forma de entender y ejercer el poder, con el correlato de la impactante e indirecta trascendencia de esas dolencias, en muchas ocasiones trágica e incluso pavorosa, sobre millones de personas.

Aunque no acabo de entender el título del libro en su edición en castellano, porque su contenido no versa sobre la locura, salvo que se entienda la enfermedad o la dependencia de drogas como una forma de locura, que además no guarda relación con el título original en francés, Le pouvoir sur ordonnance, que bien al contrario refleja adecuadamente ese poder bajo prescripción de médicos y medicinas. Hablar de locura y poder en relación con estos personajes y sus enfermedades no se ajusta ni a la realidad ni al contenido del libro, pero no desmerece una obra que merece ser leída por todos los interesados en la Historia del pasado siglo.

Pero al margen de esto, el libro también es muy interesante al describir cómo se relacionan con el poder, incluso como ejercen su propia parcela del mismo, aquellas personas que forman parte del séquito más íntimo de esos líderes, en estos casos con una transgresión continua, y más o menos voluntaria, de los límites de la profesión médica al opinar sobre los diferentes asuntos relacionados con ese poder en manos de una sola persona, al extremo de ser objeto de críticas, celos, desconfianzas e incluso conspiraciones. Un poder derivativo que en ocasiones provoca el propio recelo del poderoso, que se siente desnudo y frágil ante el control de sus secretos por una persona que lo conoce y asiste en sus peores y más débiles momentos.

La cólera, la fatiga, el dolor, la estimulación, el enardecimiento, la pérdida de sentido de la realidad, la simulación, la distancia con el entorno, la enajenación, la pasión, como síntomas de la combinación de enfermedades, drogas y medicamentos, condicionados por individuos con una brutal proximidad con el poderoso. La intimidad en un estado de vulnerabilidad que permite no sólo acceder a los secretos y confidencias más íntimos, sino incluso a la posibilidad del susurro de una opinión, un comentario desfavorable o un elogio, que puede acarrear decisiones más o menos trascendentes y determinar el auge o caída de aquellos que merodean por el poder para su propio espacio de mando o influencia, o en el peor de los casos la simple supervivencia.

Un libro, como el otro de Tania Crasnianski sobre los hijos de nazis, que amplía nuestro conocimiento de la realidad más humana del poder, y de cómo a menudo decisiones más o menos inexplicables y trascendentes se ven condicionadas por algo tan normal y común como una enfermedad. Una obra realmente interesante, muy bien escrita, documentada y contextualizada por su autora.

Jorge Riet