El vizconde que me amó (Bridgerton 2)

Opinión:

Julia Quinn, escritora estadounidense consagrada en el género de la histórica romántica, ha escrito más de una decena de novelas, entre ellas se encuentra la serie más destacada "Los Bridgerton", la cual ha sido recientemente adaptada, con dos temporadas, a la pequeña pantalla por Shondaland y su colaboración con Netflix.

"Bridgerton" es una saga familiar compuesta por ocho libros dedicados a cada uno de los hermanos de este peculiar clan. Los nombres de cada uno de los miembros se encuentran ordenados alfabéticamente, de este modo es sencillo ubicarlos en edad, aunque no se puede decir lo mismo con la publicación de sus historias, pues la autora no siguió el orden cronológico para ello.

En esta ocasión nos encontramos con el segundo libro, dedicado a Anthony, primogénito y heredero del legado Bridgerton.

Durante el primer tomo, "El duque y yo", ya se pudo conocer a este peculiar personaje con un sentido del deber, la honra y la moralidad muy arraigada en su persona, sin embargo, es en su propia historia en donde el lector lo conocerá en mayor profundidad, y descubrirá un Anthony diferente, más humano, con sus traumas, sus miedos y sus dudas.

Quinn resalta la profundidad de un personaje que tiene una constante lucha en su interior y que se verá multiplicada cuando conozca a Kate, una mujer a la que decidirá no amar a pesar de que su corazón dicte lo contrario.

Por otro lado, y no menos importante, se encuentra el personaje protagonista femenino, el cual tendrá sus propios demonios que enfrentar. Kate es una mujer sacrificada, obstinada, familiar, irónica y racional, lo que la llevará en innumerables ocasiones a enfrentarse con el vizconde Bridgerton, quien manifiesta muchos rasgos propios que considera realmente irritantes, especialmente en el momento en que éste entre en su vida, lo cual, será para ella un ataque directo a su juicio.

Al mismo tiempo que ellos, de forma individual, evolucionan, también lo hacen como pareja, pasando del odio al amor, a partir de hilarantes y potentes debates, tensas situaciones e íntimos y espontáneos momentos que los harán conocerse más, confiar y cambiar la concepción que se tienen del otro.

La pluma de Julia Quinn se caracteriza por ser muy ágil, sencilla, delicada y, sobre todo, muy divertida. No abusa de las descripciones, permitiendo que sea el lector quien complete la escena con su propia imaginación.

Los personajes secundarios son excepcionales, complementan la historia y le aportan un enfoque mucho más global en cuanto a las relaciones con los principales. Se destaca el modo de percibir e interactuar con la familia y el deber que se tiene con ella por encima de cualquier otra cosa.

Gracias a este tipo de intervenciones, en la novela resaltan temas tan relevantes como la amistad, la fraternidad, la adopción sana, la sororidad, la superación de traumas, el papel de la mujer o el deber aristocrático, entre otros, que invitan a la reflexión.

Es digno de mencionar las introducciones de los capítulos, encabezados por las columnas de Lady Whistledown, aquella discreta y anónima mujer que parece conocer los secretos de toda la ciudad y que publica abiertamente por medio de una popular y muy codiciada revista de cotilleos. Se tratan de fragmentos que van relacionados con los héroes de la historia y que aportan frescura y originalidad.

Sin duda alguna, se trata de una obra muy completa llena de tiras y aflojas, dolor, tensión, romanticismo y amistad que saciará la necesidad de una buena lectura histórica, ambientada en la regencia, con una trama creíble, una familia unida y una gran profundidad de personajes con su consecuente evolución.  

"El vizconde que me amó" es una lectura muy recomendable para pasar un rato agradable con la que será inevitable desconectar para adentrarse en la sociedad inglesa del siglo XIX y enamorarse de unos personajes únicos.

Marisa Costa