Diario de Wuhan

Opinión:

Es el blog de la esperanza, del miedo, del no saber qué sucede realmente. Es el blog del dolor por los que mueren, de la indignación y la denuncia, de las mordidas de la censura. Son las palabras mundanas que hablan de amigos, de familiares, de los sanitarios, los hospitales y los enfermos. Son nuestras palabras y nuestros pensamientos, porque todos, sin excepción, soñamos este mal sueño llamado coronavirus.

El valor de Fang Fang es incuestionable. Escribe sin temor a las represalias de su propio gobierno, fluctúa entre la esperanza y la desesperación, repara en los héroes anónimos, retrata a quienes se han retratado por su ineptitud, ensalza la solidaridad ciudadana y carga contra la dejadez administrativa.

Sus palabras son las que a todos nos hubiese gustado o nos gustaría escribir, porque Wuhan es Madrid, Málaga, Barcelona y Ciudad Real, es cualquier rincón azotado por la pandemia, porque Fang Fang eres tú, yo, nosotros, porque sus muertos son las cifras de fallecidos que escuchábamos, que escuchamos día tras día

Tengo la certeza de que el valor de su diario, de su blog, se reconocerá mucho tiempo después de que la pandemia toque a su fin. Quizá sean muchos los lectores, enfermos ahora o cercados por el coronavirus, los que entonces encontrarán las fuerzas necesarias para tomar entre sus manos nuestra historia reciente, para recordar unos hechos que difícilmente olvidaremos.

Fang Fang optó por refugiarse en la palabra y gracias a su gesto resulta accesible el lugar donde todo comenzó. Quizá sea pronto para regresar a Wuhan, quizá pesen demasiado el dolor, la desesperación, la incertidumbre.

Unos más, otros menos, pero todos sufrimos la agonía que el coronavirus ha traído consigo y leer "Diario de Wuhan" puede convertirse en una tarea ardua. Pero el diario, como el propio virus, está ahí: no es posible negarlo, es necesario entenderlo.

Como ciudadana, Fang Fang es un ejemplo de compromiso; como escritora, pese a todo, de amenidad. Por ambos motivos recomiendo su lectura y valoro su esfuerzo positivamente.

Jorge Juan Trujillo Valderas