Anika entre libros

Querido Materno

Ficha realizada por: Carol Inabé Barba
Querido Materno

Título: Querido Materno
Título Original: (Querido Materno, 2025)
Autor: Severino Pallaruelo
Editorial: Xordica
Colección: Carrachinas


Copyright:

© 2025, Severino Pallaruelo Campo
© 2025, Xordica Editorial

Edición: 1ª Edición: Octubre 2025
ISBN: 9788416461738
Tapa: Blanda
Etiquetas: novela narrativa recuerdos antigüedades árbol genealógico y antepasados cartas emociones sentimientos religión amor clase alta costumbrista familia relaciones familiares arte música secretos pasado literatura española pecados contemporánea muerte
Nº de páginas: 420

Argumento:

A través de las fotografías, las cartas y los objetos acumulados a lo largo de más de cien años, esta novela traza el retrato de la gente de orden que dominó la vida local de las pequeñas ciudades del interior en la España del siglo XX.

La ambición, la candidez, la astucia, los amores contrariados, las infidelidades, la creación musical, la acción política y la omnipresencia de la religión envuelven el día a día de hombres y mujeres atrapados en un espacio reducido y en un grupo cerrado donde nada escapa al control de los otros.

En "Querido Materno" se refleja el claustrofóbico ambiente familiar y social en el que, como en el aire viciado de una casa repleta de cosas inútiles, se asfixian los protagonistas.

Un mundo seguro y bien enraizado se desmorona ante la mirada, cargada de confusión y de pesimismo, de quienes habían sido educados para sobresalir entre sus vecinos.

Y un final inesperado: algo ha caído, pero, también, algo permanece y algo nuevo nace.

(Sinopsis editorial)

 

Opinión:

 

Esta es una novela intensa, no, no es intensa como un thriller o una de suspense… es intensa en emociones, en recreaciones y sobre todo, en intentar visualizar cómo fue la vida de una familia que vivió en la casa del último descendiente, Materno o Ternín como le decían todos, marido de la tía de uno de los protagonistas… parece, más que una casa, una cápsula del tiempo, donde se han acumulado tal cantidad de objetos y artefactos, que van desde fotos a esculturas, pasando por vestuario, material religioso, vajilla, mantelería, juguetes, libros, documentos - sobre todo cartas-, y una infinidad de chucherías dignas de alguien con Síndrome de Diógenes, pero más ordenado y con cierto sentido histórico, como queriendo conservar el pasado para los que vendrán en el futuro a escudriñar ahí como si fueran propietarios con todo el derecho. Que lo son, qué duda cabe… pero la forma de clasificar todo, tanto los dueños originarios, como los nuevos propietarios de la casa, pareciera que están haciendo un catálogo para un museo.

Así, la novela se inicia introduciendo a los personajes que nos van a contar la vida de quienes vivieron allí, la relación de cada uno con el pasado y la casa en cuestión, que es la que encabeza el orden de presentación de los personajes, porque el primer capítulo se dedica a la propiedad, una de todas las que pertenecían o pertenecieron a la familia y ya se desgrana el resto de los capítulos hablando de los elementos que constituyen el árbol genealógico familiar, que va de los bisabuelos de Ternín o Materno hijo, al propio bisnieto, cuya estructura se ve impresa en una de las primeras páginas del libro.

Pero esto es palabrería del continente, de la forma en que está presentada esta novela, acerquémonos mejor hacia el contenido que es donde está la chicha, como quien dice… porque hay variada y suculenta, el libro se ve fornido en hojas (más de 400 páginas), pero también está bien nutrido de información, al punto que los personajes -tanto los presentes como los del pasado-, están tan bien definidos que parece que vas leyendo y a la vez visualizando alguna serie de esas antológicas, costumbristas, con esos recovecos culturales propios del lenguaje de épocas y momentos anteriores. Todo un lujo, la verdad, aunque a ratos se te haga pesado y no sepas cuál es el fin de todo este tejemaneje entre el presente y el pasado, pero no se preocupen, todo tiene su porqué.

Incluso, diría, que podría convertirse en el punto inicial de una saga familiar con mucho drama, misterios, secretos y sobre todo, reflejar la historia pasada de España, desde el carlismo hasta nuestros días, reflejo que se muestra a través de los innumerables objetos, documentos y demás parafernalia que aparece en la casa de los Luparuelo. Y eso que al inicio de la novela nos cuentan que un buen porcentaje de los que habitaba esa propiedad ya ha sido vendido, muebles sobre todo, y aun así, a lo largo de la lectura parece un lugar cuanto menos asfixiante, una familia con algo de "horror vacui", un hogar plagado de recuerdos en cada esquina.

En cuanto a los personajes del pasado, empezamos la lectura con los menos importantes, según los protagonistas y se van haciendo los capítulos más extensos o no según el peso de cada individuo en la historia familiar. A mí me ha dado la sensación, al conocerlos a través de las cartas -esta novela tiene un fondo epistolar increíble-, que pudieran ser arquetipos o incluso representar un pecado capital, pero es solo una idea, porque al ir revisando sus cartas u objetos, cada uno tiene una forma de vivir la vida bien definida.

Y sí, el esqueleto principal de toda esta historia se define a través de sus cartas, y la relación entre los familiares, hermanos, padres e hijos, lo interesante es que en cada capítulo, al principio, el propio personaje se presenta en primera persona, hace una pequeña relación de sus intenciones y conocer su función en la familia. Cartas que nos enseñan más de lo que parece y que hacen que los personajes del presente vayan tomando posición sobre los personajes del pasado. Porque a través de las cartas parecen tan vivos como ellos.

En este sentido, la lectura de ellas también hace que conozcamos más a los personajes que van revisando todo el contenido de la casa, que no solo se han dedicado a ello, sino también a recrear recetas de los cuadernos encontrados allí, tocar la música de la época y de la escrita por Materno hijo y, sobre todo, al final, descubriréis que este volver al pasado cada fin de semana se convierte en un rito, pero también en una especie de adicción. Todo se resuelve al final de la manera menos pensada, pero eso lo tendréis que ver vosotros, porque es un cierre un poco singular, no inverosímil, pero sí bastante peculiar.

La novela tiene un ritmo lento, como la vida en Sertoria, acorde con el pasar de los días, el frio y las sorpresas que van descubriéndose página a página, está llena de datos sensibles, de amores ocultos, de frustraciones, de acontecimientos sociales, de política, de todo aquello que el río de la vida nos trae. Coged un buen asiento, junto al calor del fuego, poned música y a deleitarse con un pasado que ya no es. Recomendada.

*Publicada por Xordica.

 

Carol Inabé Barba

 

 

 

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