Piel de mil bestias

Opinión:

Stéphane Fert, escritor, diseñador y colorista francés de historietas, ha realizado una adaptación y reinterpretación del famoso cuento tradicional de Los Hermanos Grimm conocido por diferentes nombres de entre los que destacan "El abrigo de las mil pieles", "La bestia peluda" o "Las mil pieles". De él existe un sinfín de adaptaciones cinematográficas, siendo la más conocida 'Peau d'Âne'.

En esta novela gráfica el autor toma como base la tradicional historia para darle un giro de ciento ochenta grados y convertirla en algo completamente novedoso.

Desde la inclusión de brujas feas y buenas en lugar de hermosas hadas, hasta la identidad de género, el autor abarca un sinfín de clichés que trastoca otorgándole un aire fresco, renovador y moderno.

Destaca, en primer lugar, el cambio de rol de los personajes. El príncipe que, a priori, debería ser valiente, fornido y caballeroso, se convierte en un joven sensible, confiado, inocente, amante de los libros, la botánica y sin interés, y habilidad, alguna por la lucha. En contraposición, la princesa se encuentra muy lejos de ser una dama sumisa, delicada y soñadora presentándose como una mujer fuerte, decidida, independiente y luchadora.

Del mismo modo, la imagen de estos personajes se contrapone, hallando a un príncipe delgado, tuerto y de apariencia débil y a una princesa alta y curvy, consciente de su sensualidad y el deseo que provoca en los hombres.

No solo los retratos y personalidades de ambos protagonistas se ven alterados, sino que también lo hace la trama, la cual de forma irónica y cínica critica los tópicos de los cuentos, como el beso de amor verdadero como técnica libertadora de hechizos, la princesa que se rebela contra le papel que se espera de ella como mujer florero o los finales felices como cierre apoteósico.

Los personajes secundarios también sorprenden con su papel y función, rompiendo con el estereotipo y convirtiéndose en seres completamente impredecibles e inesperados. Por ejemplo, la bruja/hada guía la historia y maneja al resto de los personajes según su acomodo sorprendiendo al lector con sus acciones.

A través de la historia, el autor, lanza poderosos mensajes feministas, a favor de los animales, de identidad de género o la inclusión de la comunidad LGTBI a los cuentos populares.

Las ilustraciones, quizás no son estilísticamente bonitas, aún así encajan a la perfección con la temática y la historia narrada.

Con toques tétricos, parajes sombríos y tonos apagados, Stéphane trata de reflejar esa ambientación oscura y turbia que prima en la obra. El uso de diferentes técnicas, llenas de detalles, transmiten vida, magia e intensidad a la historia, especialmente aquellas que no incluyen texto. Escenas eróticas de lo más sutil, la belleza de la naturaleza o las expresiones fieles y emocionales de los personajes invaden las páginas del libro y le otorga sentimiento a la lectura.

He de confesar que esperaba leer una adaptación al uso del clásico cuento y, sin embargo, lejos de ello me he encontrado con un retelling que le da la vuelta a las historias estereotipadas incluyendo guiños irónicos sobre ellos que hace reflexionar y transmitir impactantes mensajes al lector.

"Piel de mil bestias" es un cuento oscuro, reivindicativo y con tintes turbios lleno de magia y erotismo que da visibilidad a ciertos colectivos y movimientos contando con un final sorprendente que desmonta todos los tópicos del amor y que no dejará indiferente.

Personalmente me ha encantado, superando por completo mis expectativas y obligándome a recomendarlo al cien por cien como una novela gráfica actual que supone un soplo de aire fresco para la literatura.   

Marisa Costa