Paul ha muerto. Cuando los Beatles perdieron a McCartney

Opinión:

Hay muchos tipos de estilos en el mundo de la ilustración y una palabra me venía continuamente mientras admiraba la de Carbonetti: estilazo. Qué estilazo, sí señor. Y encima en un volumen en tapa dura, o sea acorde con la calidad interior.

A los estallidos de color, uniformes según viñeta, se suman capítulos en blanco y negro (siendo más concreta, con tonos de gris, blanco y negro) que corresponden a la parte en la que sale el doble de McCartney. Utiliza también distintas técnicas de separación entre viñetas; variedad de estilos incluso en los bocadillos que hacen del comic un libro ilustrado fantástico, una obra de arte en sí misma. Una auténtica delicia para la mirada.

Si uno de los atractivos de "Paul ha muerto" es su más que evidente atracción visual, el otro es la trama y cómo está elaborada. Paolo Baron coge una leyenda, la de que Paul ha muerto y fue sustituido por un doble, e inventa la historia sobre qué y cómo pasó poniendo a John Lennon como máximo exponente de los Beatles. Salen Ringo Starr, George Harrison, su agente Brian Epstein, el productor y arreglista George Martin y el ingeniero de sonido Geoff Emerick, e incluso sale Paul McCartney, pero es John el más activo y expresivo (o el más protagonista). Los lectores vemos las páginas donde aparece McCartney en blanco y negro y siempre bajo la atenta mirada de ciertas personas que ven el parecido extraordinario con el verdadero Paul. Aquí, Baron juega con el lector y se guarda sorpresa para el final.

Comentar también que me he reído mucho con una anécdota que al parecer fue real y es una situación bastante cómica y estrambótica: la de Lennon colgado de una cuerda para encontrar un tono concreto en la voz. Eso y los momentos de LSD son magníficos porque el drama casi se convierte en tragicomedia, aunque no hay que olvidar que McCartney nunca murió, pero que el LSD sí hizo maravillas con la imaginación de Lennon.

Finaliza con algunos bocetos, ideas de portada, dibujos con notas explicativas y, sobre todo, algo a recalcar: Justo antes de un último capítulo en blanco y negro, un postfacio de Paolo Baron donde nos cuenta cuánto hay de verdad en la historia, y cuánto de imaginación añadida para conseguir una novela gráfica como esta: bella, estilosa, interesante y hasta divertida. Súper recomendado.

Anika Lillo

Foto homenaje: