Mortadelo y Filemón ¡Miseria, la Bacteria!

Opinión:

Seguimos reseñando álbumes de Mortadelo y Filemón, tanto los originales, como los recopilados en Top Cómic Mortadelo (paralelamente a esta habrá reseña del #63 de dicha colección). Como hemos dicho en otras ocasiones, mira que lleva años Ibáñez publicando historias de Mortadelo y Filemón, que hemos leído decenas y decenas de ellas, y aún así seguimos riéndonos y disfrutando de ellas; unas veces más, otras menos, pero eso pasa con todo, y es de aplaudir que el autor siga y siga deleitándonos periódicamente con sus publicaciones, y más para los que somos "generación Bruguera", como podría decirse.

En realidad, en este tomo no encontramos nada que no hayamos leído ya otras veces en algunas historietas de Mortadelo y Filemón; pero ahí radica la gracia, el meollo del asunto; en saber adecuar las historietas a la temática requerida, usar prácticamente los mismos esquemas, y aún así ser capaz de provocar una y otra vez la sonrisa, cuando no la carcajada, de los lectores. Bueno, en realidad sí que encontramos algo que no hemos visto antes (he estado rebuscando y estoy casi seguro); a la esposa del profesor Bacterio, Miseria la Bacteria. Por supuesto, sigue la tónica de su marido; inventos disparatados que pondrán en peligro a los Agentes de la T.I.A. asignados a su vigilancia. Como con los de su marido, los inventos de Miseria serán estrafalarios, disparatados, absurdos… y peligrosos. Casi más que los de su marido, lo que disparará el grado de hilaridad, asociado a que sus inventos son destinados las labores del hogar.

Como digo, coged cualquier álbum en el que salga el profesor Bacterio, cambiadlo por su mujer, y los inventos por aparatos del hogar, y tendréis el resumen de esta historia; pero como he comentado antes, aunque nos suene a conocido, aunque creamos que ya hemos leído antes algo sumamente similar, Ibáñez es capaz de darle la vuelta a todo, de coger situaciones "trilladas", y presentarlas de manera que podamos volver a disfrutar con ellas, de reirnos con las disparatadas y absurdas situaciones por las que pasan, una y otra vez, los protagonistas de estas historietas que, en cierta medida, y aunque a veces traten de temas de actualidad, podríamos calificarlas de "atemporales".

J. Javier Arnau