Middlewest 2

Opinión:

Si todavía no conocéis esta serie cuyo primer capítulo se titulaba igual, "Middlewest", os pongo en antecedentes con unas pinceladas: el pequeño Abel vivía con su padre únicamente porque su madre se marchó, y en un momento muy crítico de la relación paterno filial, descubre que su padre es un monstruo pero él también: ambos son capaces de transformar su ira en un poder especial que, si no lo manejas bien, crea caos y destrucción. El chico huyó de su casa buscando a su madre y terminó conviviendo con unos feriantes, y con él viaja un zorro que habla y le protege.

Y ahora estamos en el segundo volumen, cuando Abel decide marcharse de la feria y emprender de nuevo el viaje, pero antes tendrá un arranque de cólera y creará un conflicto con su marcha entre los feriantes.

De nuevo estamos ante imágenes poderosas, donde la furia, el caos y la destrucción se perciben como si tuvieran vida. Me gusta mucho el dibujo pero reconozco que el uso de la paleta de colores también me resulta fascinante, pues me quedo absorta en las imágenes. Y el dibujo, insisto, tiene mucha personalidad, por eso me gusta tanto. Además es claro dentro de la complejidad el detalle.

En este segundo volumen la huida de Abel hará que conozcamos a otros personajes -también a otros "seres"- e incluso tenemos la posibilidad de estar ante la presencia de un animal gigante de lo más impresionante (Nokoyuna) que le guiará para que se conozca a sí mismo, algo que el jovencito necesita para empezar a controlarse. Pero su carácter sigue siendo irascible, está enfadado con el mundo, y lo paga incluso con el zorro. A pesar de eso su fiel amigo seguirá a su lado. También Bobby, la chica de la feria que creaba robots, irá en su búsqueda, creando más adelante un momento emocionante.

Asimismo conoceremos un poquito más de su pasado porque aparece un familiar que, como él y como su padre, tiene un poder sobrenatural. A pesar de eso la irascibilidad de Abel no menguará, muy al contrario, le vemos pelear con su rabia y su cabreo y estás siempre pendiente de ver si explota y la monta otra vez, creando bastante tensión en la historia.

Y tenemos sangre, sangre que surge de las peleas o de la muerte. Uno de los casos lo protagoniza su padre, Dale, que sigue buscándole a pesar de las adversidades. En él también reconocemos la cabezonería de Abel. El conflicto entre padre e hijo no podría estar mejor definido, sobre todo porque, como he dicho, sabremos algo más de su pasado y conoceremos a un familiar.

Tanto Abel como su padre lo tienen complicado porque son incapaces de gestionar bien sus emociones, y un brote de ellos es pura dinamita.

Una novela gráfica que sigue gustándome, que no decae porque surgen nuevas tramas -en este caso hay secuestros-, y porque la cólera todavía no la mantienen a raya, lo que crea más tensión.

Anika Lillo