Manhattan Beach

Opinión:

Una de las grandes virtudes de esta obra, además de su indudable interés narrativo, es que la autora pone el foco en un ambiente poco transitado por la literatura, cómo fue la vida de las mujeres que vivieron en la retaguardia durante la última gran guerra mundial.

Unos espacios escasamente poblados por hombres, con una vida cotidiana distorsionada por las condiciones bélicas, que provocó un acelerado punto de inflexión en las costumbres morales y sociales de la época, que hizo a las mujeres dar un paso hacia adelante, asumiendo roles hasta entonces vetados para ellas.

Un cambio de época que alcanzó la vida tan vertiginosa de una ciudad como Nueva York, con sus difíciles equilibrios sociales, sus complejas condiciones de vida, con sus realidades paralelas entre los rutilantes barrios céntricos y las vidas de los suburbios, de las mansiones y los coches de lujo, de las calles animadas por tiendas, restaurantes y locales nocturnos, enfrentados al contraste de la vida en los muelles, las fábricas, el transporte público, las viviendas en penosas condiciones y la delincuencia campando por sus territorios, las antiguas distinciones de orígenes o creencias ahora hermanadas en la fraternidad sobrevenida en el remoto combate, en resumidas cuentas, la siempre agitada vida neoyorquina distorsionada por una guerra a miles de kilómetros que alteró radicalmente su forma de vida.

Jennifer Egan nos transporta a aquellos días de la mano de la protagonista de su novela, Anna, que vive en sus propias carnes todos esos fenómenos cambiantes, que le obligan a enfrentarse a retos hasta entonces considerados imposibles, para sobrevivir en una ciudad donde se habían roto los diques que organizaban la vida cotidiana.

Una fotografía literaria perfecta, que nos arroja luz de aquel momento único, que nos permite una original mirada sobre aquella ciudad, y, sobre todo, de los colosales retos y barreras que las mujeres han tenido que ir superando a lo largo de la Historia, y en este particular caso por un brusco acelerón provocado por un conflicto bélico, que urgía a incorporar a las mujeres al sistema productivo para que la máquina de la guerra no se detuviese.

Guerra, crimen, fábricas para nutrir la guerra, Nueva York, padres ausentes, madres derrotadas por las circunstancias, el respiro efímero de la noche, la dificultad del amor en tiempos convulsos, una era de cambio con retornos al pasado ya imposibles, en una novela para comprenderlo, para vivirlo, para sumergirse en un ejemplo simbólico de un paso adelante sin retorno, en las condiciones más extrañas y difíciles imaginables.

Una obra literaria bien escrita, con personajes bien construidos, con una historia que contar interesante, con una trama que enlaza todas esas realidades paralelas que convergen en aquellos años de la vida de Anna. Si quieren disfrutar de una buena novela y además aprender de aquel pasado que supuso un cambio profundo en la sociedad moderna, este es su libro.

Jorge Riet