Los últimos años de mi primera guerra

Opinión:

Explica el autor en una nota inicial que los personajes de la novela son ficticios, como lo es el buque USS Narhval DD-524. Esa nave y sus tripulantes, sin embargo, están encuadrados en un auténtico escuadrón de destructores, como el 48, que actuó en el Pacífico, de modo que los hechos y operaciones militares que se describen sí son reales.
 
Lo primero que me ha llamado la atención en esta novela es la gran cantidad de datos que Javier Yuste aporta referentes a las distintas armas, modelos de aviones y barcos que en uno y otro bando se utilizaron en ese "Infierno Azul" en que se convirtió el océano Pacífico casi al final de la guerra. Y esa información, que se completa con los apéndices, también es extensiva a la jerga militar, siglas, organigramas… Todo ello permite a los lectores situarse a bordo del Narhval de manera muy lograda.
 
Pero la novela, además, está escrita a modo de diario, rescatando apuntes tomados in situ, y eso la hace muy intimista e interesante. Es fácil pasar del miedo a la euforia, sentir las dudas del protagonista, entender sus conflictos internos, reír en determinados momentos y compartir sus secretos, incoherencias o ilusiones. No faltan, tampoco, escenas curiosas, como las que nos proporcionan una familia de gatos, convertidos en mascotas, y que contaban con un casco propio, número de identificación y una "categoría" dentro del organigrama de a bordo.
 
El libro desgrana muy bien ese abanico de sensaciones, intensas y contradictorias, que se dan en un ser humano, en éste caso llevadas al límite que exigen las circunstancias; y lo hace con un estilo atractivo, fácil de leer y entender aunque no se sea un experto en los entresijos militares de esa época concreta o la jerga propia de un marine.
 
Me ha parecido una obra muy instructiva, profunda e interesante. Hay que leerla con calma, eso sí. No es el típico libro para pasar el rato y devorar en unas horas. Aquellos lectores interesados en el Historia y muy especialmente en esa época concreta y lugar concreto disfrutarán, sin dudarlo, con muchísima información real como base de una interesante ficción.
 
Como nota adicional, sí me gustaría comentar que la mayoría de mapas, y muy especialmente las ilustraciones que se incluyen en los apéndices, resultan casi ilegibles. Ese es mi único "pero".
 
Pilar López Bernués