Los magos. Trilogía Los magos 1

Opinión:

La magia es un asunto serio y su tratamiento académico es el escogido por Lev Grossman para desarrollar una trama fantástica, donde un adolescente desubicado pueda sentirse especial entre otros muchos igualmente especiales, pero que no serán protagonistas, al menos no tanto como él.

Lo que sería un natural desarraigo de las propias raíces no llega a suceder, pues será en ese nuevo ambiente donde encuentre su lugar, dejando atrás todo lo que había conocido antes, incluso una familia que no tiene más importancia que haberle tenido en su seno durante un tiempo, olvidado con total naturalidad, o apartado al fondo de la mente, que para el caso, es lo mismo.

No puedo entrar en la comparación con otras sagas donde la magia es fundamental. No las he leído. Bien que el protagonista es todavía adolescente, al menos al principio de una historia que avanza rápida y casi se salta los cursos. No exactamente, empieza normal y a mitad de curso lo pasan al siguiente, lo que lo descoloca del todo. Sé lo que es sufrir eso. Ni estás allí, porque lo has dejado, ni estás aquí, porque no hay un hueco apropiado. A lo que iba, el tiempo pasa, la magia sigue ahí y se suman otras inquietudes, dejando paso a las relaciones íntimas, con sus normales complicaciones.

Si algo noto a faltar es el concepto de responsabilidad. Vale que se presenta la magia como una mezcla de arte y de técnica, un fondo del primero y una machacona insistencia en la segunda, pero no hace referencia a las consecuencias de las que sería responsable al ejercerse. Al menos, no he sabido verlo.

Hacia la mitad del libro queda atrás el período de aprendizaje y es cuando la historia entra en un lugar fantástico. Si antes ya había habido problemas, ahora el ambiente se tensa mucho más y menudean los conflictos, algunos ya vienen sembrados de antes, entre los personajes.

Lo que resulta un tanto extraño es que este título se divida en su interior en cuatro libros, algo de lo que no te percatas hasta que has llegado con la lectura más allá de la mitad del libro. Vale que hay cambio de escenario en cada uno, pero esa denominación me ha parecido excesiva, sobre todo con el cuarto que solamente ocupa treinta páginas.

Tal vez haya demasiados conceptos o es que todo avanza demasiado deprisa, pero "Los magos" me ha parecido un libro en el que el autor ha querido compactar muchas cosas, decir otras tantas y el resultado, al menos para mí, es que en el fondo hay poca historia que contar y demasiado relleno en forma de denominaciones grandilocuentes y de circunstancias que podrían tener su gracia mejor dosificadas.

Selin