Anika entre libros

Los fuegos de otoño

Ficha realizada por: Marisa Costa
Los fuegos de otoño

Título: Los fuegos de otoño
Título Original: (Les feux de l´aitomne, 1957)
Autor: Irène Némirovsky
Editorial: Salamandra
Colección: Narrativa


Copyright:

© 1957, 2014, Albin Michel

© 2020, Penguin Random House Grupo Editorial, SAU

© 2020, José Antonio Soriano Marco, por la traducción

Traducción: José Antonio Soriano Marco
Edición: 1ª Edición: Mayo 2020
ISBN: 9788418107009
Tapa: Blanda
Etiquetas: familia romance costumbrista drama Francia histórica I Guerra Mundial II Guerra Mundial intimista narrativa novela reflexiones relaciones personales París literatura ucraniana siglo XX novela introspectiva entreguerras matrimonio crack del 29 sociedad francesa
Nº de páginas: 256

Argumento:

El soldado Bernard Jacquelain regresa de la Primera Guerra Mundial desilusionado, sin expectativas ni esperanzas y dispuesto a recuperar todo el tiempo perdido. Inmerso es una vida de placeres, dinero fácil que sale de negocios turbios y una vida llena de comodidades, Bernard sigue inquieto. No encuentra su lugar y por ello decide casarse con Thérèse, amiga de la infancia y de su familia.

Su matrimonio parece ir por buen camino, sin embargo, cuando la Segunda Guerra Mundial comienza a gestarse su vida burguesa se tambaleará, a Bernard le asaltarán de nuevo las dudas y Thérèse tendrá que lidiar internamente entre su deber y su corazón.

 

Opinión:

 

Irène Némirovsky, reconocida novelista judía residente en Francia, padeció los abusos del régimen nazi y fue asesinada en los campos de concentración de Auschwitz a los treinta y nueve años de edad. Sus obras, muchas de ellas publicadas a título póstumo y encontradas en maletas escondidas en armarios y bajo camas, se mueven entre novelas, cuentos y alguna que otra biografía. Su libro más conocido hasta el momento es "Suite Francesa" el cual fue adaptado a la gran pantalla en 2014.

"Fuegos de otoño" es otra de sus obras póstumas publicada por primera vez en 1957 y recuperada este año por la editorial Salamandra.

Con una narrativa deliciosa, poética y exacta, Irène retrata, con conocimiento de causa, las calles parisinas y el estilo de vida de una sociedad que vivió tiempos difíciles bajo los ataques de dos guerras mundiales, un periodo de entreguerras y las consecuencias del crack del 29 en la bolsa de Nueva York. Así mismo, queda patente los cambios sociales que los primeros años del nuevo siglo trajeron consigo; las tecnologías, la industria o el estilo de vestir son algunos de ellos.

Aunque aparecen varios personajes involucrados gran parte de la historia gira entorno de Thérèse Brun y Bernard Jaquelaine.

Ambos personajes, completamente opuestos, tanto en carácter como pensamiento, contraponen la filosofía y estilo de vida que comenzó a sembrarse durante el tiempo de entreguerras. Thérèse es una joven tradicional, que espera el regreso de su hombre que batalla en las trincheras. Una mujer que tras la guerra no se deja llevar por el espíritu festivo que parece haber asediado la ciudad, sino que se mantiene fiel a sus principios y creencias. Por otro lado, Bernard representa ese estilo de vida cuya premisa es el "carpe diem". Tras las desgarradoras experiencias vividas en el frente, la mentalidad de este joven cambia por completo y, a su regreso, decide sucumbir a los placeres y deseos más inmediatos siguiendo un frenesí de vida sin importar su coste.

Otros personajes que aparecen con una fuerte carga, son Raymond Détang y su esposa Renée, los cuales son otro claro de ejemplo de estilo de vida desenfrenada. Este matrimonio simboliza el extremismo al que puede llegar el ser humano por ambición y supervivencia llegando incluso a traicionar sus propias creencias y país.

Dividida en tres partes que cubren el periodo entre 1912 y 1941, Némirosvky centra su atención en diferentes apartados y etapas de la historia y del ser humano.

En un primer momento se realiza una panorámica del contexto histórico y el estilo de vida, así como los intereses y preocupaciones de los ciudadanos franceses. Desde este punto se pone de manifiesto las diferentes corrientes de pensamiento de la época en relación con la guerra, enfrentando el escepticismo por parte de los mayores con el sentido del deber y el honor de los jóvenes.

En la segunda parte, la acción se focaliza en estos jóvenes que a su regreso de la guerra sienten cómo sus vidas les han sido arrebatadas. Sus mentalidades cambian y su filosofía también. Dejándose arrastrar por sus bajas pasiones y un estilo de vida desenfrenado.

En una tercera parte, estos mismos personajes son adultos y se enfrentan a una segunda guerra, poniendo en tela de juicio sus creencias, sacando a relucir experiencias pasadas y observando de forma pasiva cómo los nuevos jóvenes marchan con esperanza hacia un conflicto bélico indeseado con sus posibles consecuencias.

Némirovsky usa todos los medios para mantener la atención y expectación del lector. Al mismo tiempo, las acciones se representan ante sí marcando los puntos que ella desea dotando de luz y oscuridad cada escena.

La obra se destaca por sus escenas domésticas y pintorescas, los detalles del entorno, los aromas, los colores. A su vez, nos adentra en las mentes de sus personajes a través de monólogos internos convirtiendo la novela no solo en un retrato fiel de la época, sino en una reflexión introspectiva de sus propias corrientes de pensamiento, vivencias, emociones y sentimientos de aquellos que vivieron una serie de acontecimientos que quedarán marcados en la historia de la humanidad.

Quizás no es una obra trepidante y, a pesar de ello, no solo la trama no decae, sino que anima al lector a reflexionar sobre la propia naturaleza humana y los distintos tipos de respuestas y cambios personales existentes ante la adversidad.

Conocía a la autora tras haber leído otras obras suyas como "Suite Francesa" y "El baile". Ambas me gustaron y las disfruté enormemente. Es por ello que desde que inicié la lectura de "Los fuegos de otoño" sabía que era un libro que no me decepcionaría, y así fue. Si bien es cierto que al principio me costó entrar a la historia y reconocer a todos los personajes. Poco a poco, cada uno de ellos se fue colocando en su posición creando un marco familiar maravilloso y aportando su esencia a una historia que no deja indiferente. Una historia que conforme avanza te sientes más involucrado y cuyos personajes llegan a transmitirte sus propias incertidumbres dificultades, inquietudes y deseos, creándote adoración o rechazo.

Un dato curioso de esta edición es que incluye capítulos que la autora, en una segunda revisión, quiso eliminar. Dichos capítulos exponen los efectos desastrosos de la guerra mediante los cuales, el lector puede construir un mapa amplio del contexto social y político en el que se mueven los personajes.

En conclusión, "Los fuegos de otoño", considerada precuela espiritual de "Suite francesa", es una lectura amplia, íntima y envolvente que nos presenta de un modo más personal e íntimo el interior humano durante la época de los conflictos armados más importantes de la historia a nivel mundial. Una novela que no deja indiferente y que tanto los seguidores de Iréne Némirovsky como aquellos que se acercan a su pluma por primera vez disfrutarán indudablemente.

 

Marisa Costa

 

 

 

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