Anika entre libros

Lo único que importa

Ficha realizada por: Lidia Casado
Lo único que importa

Título: Lo único que importa
Título Original: (Pars avec lui, 2014)
Autor: Agnès Ledig
Editorial: Grijalbo
Colección: Grijalbo Narrativa


Copyright:

© Éditions Albin Michel, 2014

© Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U, 2018

Traducción: Teresa Clavel Lledó
Edición: 1ª Edición: Febrero 2018
ISBN: 9788425355929
Tapa: Blanda
Etiquetas: maltrato malos tratos adolescencia amor drama literatura francesa novela novela sentimental violencia de género solidaridad violencia psicológica embarazo segundas oportunidades maternidad pacientes vejez enfermeros enfermeras relaciones tóxicas rebeldía pareja tratamientos de fertilidad
Nº de páginas: 320

Argumento:

Juliette no es una enfermera como las demás. Es atenta, cariñosa, respetuosa y prefiere quedarse la noche sujetando la mano a un paciente antes que atarle. En una de sus guardias conoce a Roméo, un joven bombero que se ha precipitado desde un octavo piso intentado salvar la vida de un niño. El mimo con el que Juliette trata a Roméo durante su estancia en el hospital marca al bombero hasta el punto de enamorarse de ella. Pero ella tiene sus propias luchas por intentar ser madre junto a un hombre que no sabe qué es respetar al otro. Juntos descubrirán qué es, realmente, lo único que importa.

 

Opinión:

 

Agnès Ledig tiene una facilidad casi diría que asombrosa para hablarnos de temas durísimos con una suavidad, una ternura y una humanidad que casi no te das cuenta de lo que están sufriendo los personajes (y de lo que estás sufriendo tú con ellos) hasta que notas que tienes lágrimas en los ojos. O resbalando mejillas abajo, como me ha ocurrido a mí con la nueva novela de la autora de "Justo antes de la felicidad".

Ledig conserva ese estilo personal (que, hasta cierto punto, me recuerda a Anna Gavalda) que ya nos conquistó (a mí y 800.000 lectores más) en su novela anterior pero cambia la trama para hablarnos ahora de una enfermera infeliz pero incapaz de verlo y de un bombero que tiene una segunda oportunidad en la vida (literalmente: cayó de un octavo piso, así que casi podríamos decir que vuelve a nacer). La autora francesa nos pone frente a los ojos, pues, a dos seres rotos (uno por dentro y otro por fuera o, mejor, uno psicológica y otro físicamente) que habrán de recomponerse (o, en el caso de Juliette, llegar a romperse del todo) mientras les acompañamos en cada página.

Más allá del accidente, Roméo no ha tenido una vida fácil en ninguno de sus 25 años de vida. Hijo de madre drogadicta y de un hombre que pasó por allí, ha tenido que hacerse cargo de la custodia de su hermana desde que alcanzó la mayoría de edad, lo que le ha hecho madurar prematuramente. Su hermana tampoco lo ha tenido fácil y, durante la primera parte del libro, sigue mostrando una rebeldía adolescente aderezada con la falta de lugar en el mundo y, sobre todo, de amor incondicional, que ha padecido durante su corta vida.

Por su parte, Juliette vive encerrada en una relación de pareja claustrofóbica y asfixiante que no la deja respirar. Pero ella lo da todo por bueno con tal de conseguir su objetivo: tener un hijo. Piensa que solo así podrá llenar el hueco que siente dentro, completarse como mujer y como persona. Pero la hipoteca que ha de pagar para conseguir semejante objetivo es demasiado gravosa y no se dará cuenta hasta que la violencia psicológica de Laurent, su pareja, se transforme en violencia física.

No es fácil hablar de violencia de género en literatura. He leído bastante sobre el tema (porque es un asunto que me interesa y me preocupa mucho) y he comprobado que es muy fácil quedarse corto y no hacer ver la situación real que pasan los protagonistas o pasarse y convertir aquello en una sucesión de palizas que sí, te horrorizan, pero que acaban perdiendo su función. Ledig consigue quedarse en un término medio que, junto a ese estilo amable, humano y cercano que la caracteriza, consigue que el efecto de esa violencia sea el buscado en el lector: un despertar de conciencia, una empatía sin fisuras con quienes padecen situaciones así cada día y, como dice la propia autora en la nota final, darse cuenta de que el respeto hacia los demás comienza por el respeto hacia uno mismo. Y que una no se respeta a sí misma cuando deja que alguien la someta y la violente.

Junto a estas historias (tan terribles), la autora trae hasta "Lo único que importa" la de la abuela de Juliette, Malou. Una subtrama que incide en el mismo asunto desde una perspectiva diferente pero que no sé si en el fondo supone una llama de esperanza o de desolación para el lector. O quizá ambas cosas.

En definitiva, Ledig nos hace reflexionar sobre lo que realmente importa en la vida a través de una historia llena de emociones y sentimientos, cálida como una manta en invierno pero tan hiriente como una rosa llena de espinas. Una historia sobre el amor (verdadero), venga de donde venga y tenga el envoltorio que tenga: amistad, amor filial, amor familiar, amor romántico o el de la entrega de quien hace su trabajo con humanidad, responsabilidad y cariño.

Lidia Casado

 

 

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