Leif Garrett en el dormitorio de mi hermana

Opinión:

Reconozco que lo que me llevó a coger esta novela fue el título. Leer el nombre de Leif Garrett en ella me provocó una sensación extraña. Como Zira, también yo fui fan de él y tuve pósteres suyos en mi habitación así que volví a mi casa con ella debajo del brazo. Pero, tras las primeras páginas, vi que no solo el título tenía algo que me atraía sino que la historia que narra es de esas que se meten muy adentro. A cada capítulo, a cada recuerdo que Zira compartía con el lector, sentía una sensación muy especial porque en muchas cosas me sentía muy identificada con ella.

Además me ha permitido conocer a su autor. Ignacio Elguero es escritor y periodista. Actualmente conduce en RNE un programa literario llamado "La estación azul" y ha colaborado en otros libros con un halo de nostalgia en ellos como "Los niños de los Chiripitifláuticos" o "Los padres de Chencho: niños de posguerra, abuelos de hoy". También ha sido galardonado con el Premio Nacional al Fomento de la Lectura en el año 2011 y el Premio Fomento de la Lectura del Gremio de Editores de España en el año 2012.

"Leif Garrett en el dormitorio de mi hermana" ha sido catalogada como una novela generacional pero es mucho más que eso. Es una novela de sentimientos, de sensaciones, de recuerdos con los que conectas, sobre todo si has vivido esa época como ha sido mi caso. No ha sido una lectura que me haya dejado indiferente, más bien al contrario ya que también ha despertado en mí muchos de los sentimientos que tiene Zira de ahí que me haya sentido tan identificada con ella. Algo que, por otra parte, es bastante fácil de lograr ya que Ignacio Elguero ha sabido meterse en la piel de una mujer como Zira. Es un personaje que me ha fascinado desde el primer momento. Tiene carácter, es fuerte y débil al mismo tiempo. Una debilidad causada, en parte, por ese miedo al futuro a atravesar la barrera de los 50, de ahí que, para ella, ver de nuevo a Leif Garrett sea algo más que ver un viejo póster: es volver a vivir una época pasada y sentirse viva aún. Por ello, busca de nuevo a sus amigas, y trata de recuperar a un viejo amor (a su gran amor, Julián). Creo que el personaje de Zira está muy bien perfilado, lo mismo que los otros. Todos ellos, en conjunto, son el punto fuerte de la novela.

Ignacio Elguero tiene un estilo narrativo muy fresco, ágil, rápido. Sabe cómo comunicar sentimientos y hacer que el lector no quiera detener la lectura hasta llegar al final. "Leif Garrett en el dormitorio de mi hermana" es una novela en la que el párrafo descriptivo domina sobre el diálogo. Las descripciones son abundantes pero no llegan ni a cansar ni a interrumpir el ritmo de la novela. Es más, considero que son necesarias para que el lector llegue a conocer mejor a Zira y entienda muchos por qués de su vida. Por otro lado, el autor utiliza un lenguaje normal, es decir, no emplea un vocabulario rebuscado. Es muy bueno describiendo.

La novela está llena de flashbacks, que corresponden a los propios recuerdos de Zira. Gracias a estos saltos en el tiempo, el lector llega a conocerla más. Estos flashbacks no interrumpen para nada la línea argumental de la narración ni son saltos bruscos. Desde un primer momento, el lector entiende que son necesarios e incluso, como ha sido mi caso, me han agradado ya que me han hecho recordar muchas cosas.

Otro aspecto que me ha encantado de la novela es la importancia que le da a la música, ésta forma parte de la vida de Zira. La Banda Sonora es impresionante, no solo suena Leif Garrett sino también Supertram, Police, Culture Club, el Boss... Esta simbiosis entre novela y música me ha encantado. 

Pero, a pesar de que ha sido una novela con la que he disfrutado y con la que he sentido muchísimas cosas, no puedo evitar hacer una pequeña crítica negativa. Está relacionada más con la ortografía, no han acabado de convencerme los laísmos que aparecen; creo que los correctores deberían tener esto más en cuenta.

En definitiva, "Leif Garrett en el dormitorio de mi hermana" es de esas novelas que dan gusto leer y que, al acabarlas, te dejan con una sensación extraña pero muy agradable al mismo tiempo. Es una historia que emociona y que, sobre todo si has vivido esa época, llega a erizarte la piel. A mí me ha encantado por eso no puedo más que recomendarla. Es una buena historia y está muy bien escrita, que es lo importante. 

Ysabel M.