Las chicas

Opinión:

Jorge Riet

Más allá de la macabra inspiración para esta novela, los crímenes del perturbado Charles Manson y su pirado grupo de fans, esta extraordinaria novela permite adentrarse en la siniestra lógica de las sectas, y, además, penetrar en los agitados años 60, poblados de hippies, drogas psicodélicas, libertad sexual y radical cuestionamiento de las instituciones sociales y de la vida burguesa convencional.

Cline es una formidable narradora, que permite alejarse de la alargada sombra de Manson, para centrar su tiro narrativo en ese grupo de crías aparentemente sumisas, que anidan el huevo de la serpiente de la violencia más extrema.

En un tiempo de falsas noticias e influencers descerebrados, esta novela es un oportuno recordatorio del inquietante riesgo que habita en esos seductores psicópatas que prometen un falso cielo en la tierra, a menudo nutrido de sofisticadas drogas y, sobre todo, erigido sobre un peligroso descreimiento de la sociedad en la que pretenden vivir al margen, anhelando su destrucción, arrastrando a las instituciones más convencionales, como la familia, el trabajo, la comunidad, mediante el reemplazo con sucedáneos sin más fundamento que la adoración a un gurú de cartón piedra sin más mérito que su capacidad de seducción a individuos predispuestos a la sumisión, necesitados de certezas que les compensen la destrucción de sus antiguas convicciones personales.

Un rechazo de una manera de vivir normal, porque precisamente dinamitan esa normalidad con actitudes radicales que pierden el sentido de convivencia en comunidad, de las imprescindibles obligaciones con y en esta, ofreciendo un falso paraíso tan efímero como extremo.

Ese radical cuestionamiento de una forma de vivir, cuya alternativa es una absoluta pérdida de control y de las referencias, de una marginalidad vocacional, donde habita un profundo odio separado por una muy fina línea de la violencia. Una distorsión radical de la percepción de la realidad, que permite un mundo virtual indiferente al mundo real, porque precisamente es en la virtualización del mundo donde se niega la existencia del mundo real, en el que no es posible vivir sin equilibrios y pactos sociales en comunidad.

Cline es una formidable escritora, que asombra con su fuerza narrativa. Esta es una magnífica novela, no se la pierdan.

Jorge Riet

Ysabel M.

Esta novela que voy a reseñar es la primera de la autora estadounidense Emma Cline y está siendo todo un descubrimiento: "Las chicas". Novela que ha sido editada en España por Anagrama.

He de reconocer que le tenía echado el ojo desde que la vi anunciada por la red. Es de esas lecturas que, sin saber muy bien el por qué, te atraen de una forma que no puedes frenar, que tienes la intuición de que no te va a defraudar, sino todo lo contrario, y así ha sido.

"Las chicas" te atrapa desde la primera palabra. Emma Cline ha escrito una historia muy buena. Se ha basado en el tristemente famoso asesinato de la actriz Sharon Tate a manos de Charles Manson y sus seguidores. Sin nombrarlos, los miembros del grupo con el que se topa Evie son ellos (aunque en la novela tienen otros nombres, por las entrevistas que ha concedido la autora sé que se refiere a ellos). Emma Cline no se recrea en la figura de Charles Manson (o de su alter ego en la novela, Rusell) sino en el de sus seguidoras. Ese grupo de chicas que estaban rendidas ante él y que no dudaron en seguirle, en cometer los asesinatos. Chicas, mujeres, a las que a la autora le llamó mucho la atención su compostura durante el juicio, con una sonrisa permanente y una cara un tanto angelical.

En "Las chicas" encontramos un retrato sociológico de una parte de la sociedad americana de finales de los 60. La acción transcurre en el verano de 1969, un año marcado por el movimiento hippie y los célebres conciertos de Woodstock. La novela refleja muy bien este ambiente. La forma de describirla, la prosa tan buena que tiene Emma Cline, hace que el lector se sienta en esa época y en ese lugar, que se sienta en una playa californiana en el 69. Me ha gustado mucho toda esta atmósfera. Ha sabido retratar muy bien el cambio generacional que vivieron muchos chicos y chicas en ese momento. Evie es una de ellas. Ella tiene 14 años, pero su edad no le va a impedir vivir como ella quiere, aunque para ello deba enfrentarse a su madre y a los adultos. Aunque ninguno de los seguidores de Charles Manson, o Rusell, tiene excusa, se entiende un poco por qué Evie se sentía tan atraída por ellos. No tenían nada que ver con su ambiente, para ella suponen una forma de rebeldía, de llamar en parte la atención de su familia, de sentirse querida. Evie es un personaje que despierta ternura. Un personaje muy bueno. El lector llega a encariñarse con ella.

La novela es una novela feminista en el sentido en que son las mujeres quienes llevan las riendas. Hay personajes masculinos, como es lógico, pero son los femeninos quienes tienen la fuerza. Unos personajes muy bien desarrollados. En ellas se aprecia el espíritu y el sentimiento de libertad que tenían las mujeres a finales de los 60 (en USA claro, no aquí). Por eso, este retrato sociológico me ha fascinado. "Las chicas" es una novela con muchos matices. La forma de escribir que tiene Emma Cline es fantástica. Su prosa es fresca, cuidada, ágil, es de esas que te atrapan sin apenas darte cuenta. La novela se lee rápidamente por ello. Es una lectura con la que disfrutas. Una historia, debido también al estilo narrativo de la autora, que no me extrañaría que se llevase a la gran o pequeña pantalla, porque tiene mucho juego en ese sentido.

"Las chicas" es una de esas lecturas imprescindibles. Es otro buen ejemplo de lo que es la buena literatura. Un gran debut para su autora de la que espero que pronto haya nuevo trabajo. No exagero si digo que Emma Cline está en camino de convertirse en una de las autoras de referencia de la Literatura estadounidense del siglo XXI.

Ysabel M