Anika entre libros

La ventana

Ficha realizada por: Darío Luque
La ventana

Título: La ventana
Título Original: (La ventana, 2022)
Autor: Isabel Alba
Editorial: Acantilado
Colección: Narrativa del Acantilado


Copyright:

© 2022, Isabel Alba Rico
© 2022, Quaderns Crema, S.A. (de esta edición)

Edición: 1ª Edición: Marzo 2022
ISBN: 9788418370915
Tapa: Blanda
Etiquetas: narrativa contemporánea pandemia covid19 confinamiento reflexiones miedo muerte vecinos arte espacio enfermedades contagiosas emociones literatura española novela corta collages salud
Nº de páginas: 115

Argumento:

La protagonista de "La ventana", una ilustradora de casi cuarenta años que ha perdido el trabajo en plena pandemia, reflexiona desde el desconcierto y la incertidumbre sobre la extraña situación que el mundo vivió a raíz del Covid-19. La única solución que encuentra para enfrentarse a la soledad forzada es la confección de varios cuadernos en los que, mediante la técnica del collage, vierte sus impresiones más íntimas en torno a esos meses de confinamiento.

Mediante una escritura fragmentaria e intermitente, Isabel Alba ofrece un logrado retrato de la devastación anímica causada por la pandemia. Al mismo tiempo, explora las tensiones morales y sociales entre distintos modos de llevar a cabo el duelo, y propone originales reflexiones en torno a las relaciones entre espacio, enfermedad y poder.

 

Opinión:

 

Como la protagonista de "La ventana", somos muchos los que a raíz de la pandemia desarrollamos un miedo -quizás excesivo- al contacto físico y a los encuentros sociales. Sin ir más lejos, la novela se abre con una pesadilla que cualquiera de nosotros podría haber tenido en aquellas fechas: la narradora se encuentra en una habitación cerrada con otra persona y, pese a que en un principio todo le parece normal, empieza a sentir una angustia asfixiante y patológica cuando se da cuenta de que ninguna de las dos lleva mascarilla. Tampoco el espacio, elemento crucial en la propagación de la enfermedad, ayuda a calmar esa ansiedad, porque no se respetan ni la distancia de seguridad ni la ventilación necesaria de la habitación. Y es que en estos últimos años hemos podido comprobar que las puertas abiertas y, sobre todo, las ventanas son nuestros elementos más importantes de salvación, no sólo por la ventilación que facilita su apertura, sino también por la conexión que establecen con el mundo exterior cuando uno debe confinarse.

Tras la magnífica novela coral que fue "La danza del sol" (2018), Isabel Alba nos ofrece ahora una narración profundamente contemporánea, anclada en el presente más reciente. La experiencia que vive la narradora de "La ventana" en los primeros meses de la pandemia no dista mucho de lo que habremos vivido la mayoría en estos últimos años: las pérdidas de amigos y familiares por esta enfermedad inesperada, el miedo al contagio, la obsesión por pequeños detalles que antes no existían, la sensación de desconcierto e incertidumbre producida por el cambio de rutinas y de expectativas… Lo que vive la protagonista de esta novela es lo que vivimos la mayoría: un año sin entrar a un bar, sin pisar una tienda, sin ir al cine, sin comprar el pan, sin salir del barrio, sin abrazos ni caricias… Sin embargo, el cariz poético y sentimental que adquiere lo cotidiano bajo la mirada de Isabel Alba hace de su prosa un espacio idóneo para los amantes de los pequeños detalles.

La protagonista, una ilustradora de 38 años que se ha quedado sin trabajo a raíz de la pandemia, vive angustiada por ese virus que se ha llevado a una de sus amigas más cercanas, la dependienta de la papelería donde ella compraba acuarelas y hojas para sus creaciones artísticas. El arte se convierte, de hecho, en su salvación cuando el mundo parece caérsele encima, pues a lo largo de los meses de confinamiento se dedica a rellenar dos cuadernos de collages. El primero, bajo el título de "Lo que se ha roto", consiste en una sucesión de ventanas dibujadas, una en cada página, sobre las cuales engancha palabras recortadas formando frases y aforismos. El segundo cuaderno, "Lo que queda", reúne todas aquellas ideas de la vida pasada que aún permanecen en esta época pandémica, y sirven para asegurar el arraigo de la narradora a su mundo conocido. Más adelante, ya en diciembre, la protagonista emprende un nuevo cuaderno titulado "La espera", donde empezó a enganchar piedrecitas recogidas en sus muchos viajes.

De forma parecida, la propia novela está construida mediante la yuxtaposición de pequeños fragmentos -como una especie de diario en tercera persona-, quizás simulando la fragmentariedad del collage. Ello permite abrir la narración, en algunos momentos, a un tono más intelectual que incluye citas y referencias de lecturas y, sobre todo, unas valiosísimas reflexiones en torno a las relaciones que se establecen entre el espacio, la enfermedad y el poder. El uso de la mascarilla, según la narradora, define las relaciones de poder en cada hogar, pues establece una distinción entre los propietarios de la casa y los empleados del hogar o los invitados. Estas reflexiones, junto al tema del arte y la enfermedad, sirven para completar la magnífica recreación de la incertidumbre vivida por toda España -y por gran parte del mundo- en los primeros meses de confinamiento. Si tuviera que quedarme con un solo libro de todos los que tratan el tema de la pandemia, me quedaría con esta novela, sin duda.

 

Darío Luque

 

 

 

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