La señorita Butterworth y el barón loco

Opinión:

Julia Quinn, escritora estadounidense consagrada en el género de la histórica romántica, se ha vuelto mundialmente conocida gracias a la adaptación cinematográfica de su serie familiar "Bridgerton".

El ferviente deseo de los fans de conocer una de las historias más icónicas dentro de las novelas de Quinn, ha llevado a la autora a retarse en un ámbito desconocido, hasta la fecha, como es la novela gráfica. Para llevar a cabo este titánico cometido, Quinn requirió de la colaboración de Violet Charles, su hermana, diseñadora e ilustradora que falleció en 2022 a causa de un accidente automovilístico.

 "La señorita Butterworth y el barón loco" nació a partir de pequeños fragmentos repartidos en otras obras de la autora. Del mismo modo, tanto el título como la trama surgen a partir de las numerosas referencias manifestadas en las mismas, siendo incluso su autora, Sara Gorely, protagonista de uno de los volúmenes.

La obra deleita a todos aquellos interesados que necesitábamos adentrarnos aún más en el universo Quinn y conocer de primera mano las vicisitudes y escenas que generaban tanta controversia en los personajes de otras obras de la autora.

De "La señorita Butterworth y el barón loco" se podría destacar la hilaridad y surrealismo existente en una trama tan disparatada y desprovista de coherencia que se encuentra ambientada en un lugar desconocido de la campiña inglesa durante el siglo XIX.

Se trata de una historia en donde la protagonista sufre un sinfín de trágicos devenires a los que debe hacer acopio con el máximo de sus capacidades, mientras que debe lidiar con el amor que parece suscitarle el barón loco.

A pesar de que la autora haya salido de su zona de confort, se desenvuelve muy bien al poner de manifiesto la psique de sus personajes, tanto por sus actitudes como por sus introspectivas reflexiones, algo en lo que es experta en sus novelas. Del mismo modo, ha sabido exponer la ambientación histórica con el mismo rigor con el que suele hacerlo con una premisa que cumple con una de sus destacadas características como son las reivindicaciones y críticas negativas hacia diferentes temáticas. Algunas de aquellas que aparecen en este volumen son la situación social de la mujer, la educación de la época, la ambición, la venganza, la familia y el amor, entre otras.

La peculiaridad que presenta "La señorita Butterworth y el barón loco" en relación a otro tipo de novelas gráficas es que, además de cumplir con patrones característicos de la romántica, se trata de una historia que, a pesar de poder leerse de forma independiente, solo los seguidores de la autora y, en especial, de la serie Bevelstoke podrán disfrutar de forma completa, pues estos entenderán lo disparatada que es su historia y los motivos que la han llevado a ser confeccionada de ese modo.

Las ilustraciones son vivas, algo excéntricas y divertidas. Violet juega mucho con las expresiones faciales, además de aportar un toque menos romántico y más cómico a sus viñetas. Incluso en las escenas más bizarras le aporta un toque que desdramatiza el momento impregnándola de humor negro sin adentrarse en lo gore o lo más morboso.

He de reconocer que me ha ofrecido lo que esperaba. Se trata de una historia de amor básica, repleta de momentos absurdos, ilógicos y sin más fundamento que el simple hecho de entretener y ofrecer al público la oportunidad de adentrarse en la novela que tanto da que hablar a la sociedad londinense de Quinn.

Por este motivo, considero "La señorita Butterworth y el barón loco" como un proyecto que homenajea no solo a la metaliteratura en la romántica, sino también a los numerosos seguidores de las historias de la autora, regalando un buen rato de lectura llena de originalidad, humor y una desbordante imaginación.

Marisa Costa