La pasión turca

Opinión:

Darío Luque

Hace ahora treinta años, cuando Antonio Gala publicó por primera vez "La pasión turca", la definió como "una obra sobre el amor llevado a sus últimas consecuencias, una reflexión sobre el deterioro del amor". Ciertamente, la historia de Desideria Oliván tiene algo de telenovela romántica, pero también esconde entre sus páginas una profunda reflexión sobre la obsesión y los riesgos de la impulsividad en el terreno afectivo. Su protagonista es una mujer insatisfecha que, a pesar de estar enamorada de su esposo y tener buenos amigos, siente una decepción vital debido a la rutina y la convencionalidad de su existencia. Todo ello cambia cuando, en un viaje casual a Turquía con su esposo y amigos, Desideria conoce a Yamam, un atractivo guía turístico que, guiado por la lujuria, seducirá a la protagonista. Desideria, entregada por completo a esa pasión irresistible, decide abandonar su vida anterior y centrarse en una relación pasional marcada por la dominación que Yamam ejerce sobre ella. Conforme avanza la novela, la protagonista descubrirá progresivamente la cara oculta de su amante, quien esconde tras su desinteresado bazar de alfombras una peligrosa historia relacionada con el tráfico de drogas.

Más allá del argumento de la novela, tan folletinesco como melodramático, es de especial interés la estructura por medio de la cual asistimos al relato de Desideria Oliván. Sin esconder ciertas reminiscencias cervantinas, Antonio Gala concibe un supuesto manuscrito autobiográfico conformado por cuadro cuadernos, diferenciados entre ellos por las distintas ubicaciones en las que transcurre su acción: desde el relato costumbrista en Huesca hasta la nueva vida en Turquía. Al mismo tiempo, la habilidad del autor en la construcción de personajes complejos es digna de reseña, pues Desideria experimenta a lo largo de la novela una transformación radical que la lleva a cuestionar sus principios en cuanto a cuestiones tan cruciales e identitarias como el amor, la libertad y la autenticidad. En este mismo sentido, Gala utiliza hábilmente el escenario de Turquía para crear una atmósfera exótica que potencia la intensidad de la trama y el desarrollo emocional de la protagonista.

Ahora bien: a pesar del excelente dominio lingüístico del autor, la trama de "La pasión turca" se vuelve en cierto momento intensa e incluso perturbadora. La dominación sexual y moral que ejerce Yamam sobre Desideria, así como la progresiva destrucción física y moral que sufre esta última, aportan una oscuridad a la novela que podría considerarse como un exceso innecesario. En cualquier caso, la habilidad del autor para tejer una narrativa que explora la pasión más visceral y los deseos más oscuros hace de "La pasión turca" una obra ineludible que, por estas razones, se ha convertido a día de hoy en un clásico contemporáneo de la literatura española. No quiero terminar esta reseña sin recordar la adaptación cinematográfica que protagonizó Ana Belén, también convertida en un clásico contemporáneo de nuestro cine y responsable, en parte, del éxito que experimentó la novela homónima.

Darío Luque

Joseph B Macgregor

La prosa de Gala es densa, nada cómoda de asimilar. Por eso, no llego a comprender del todo la razón del enorme éxito de ventas de esta novela. No me parece un libro demasiado ameno, ni de fácil digestión. En especial, me resultaron bastante insoportables los momentos "didácticos" del relato, por ejemplo, cuando al principio las tres amigas discuten sobre el amor, la mujer etc. Este caso concreto, la conversación me pareció poco creíble, muy forzada y llena de artificialidad.

Sin embargo, aunque el libro no me apasionó en exceso, sí le reconozco algunos valores dignos de reseña. Es cierto que la narración se caracteriza en general por cierta tendencia al melodrama o la tragedia "salida de madre", comparada con otros títulos de Gala de tramas mucho más rocambolescas ("Más allá del jardín") esta novela al menos cuenta con momentos - los centrados en describir la pasión amorosa, los encuentros sexuales entre los dos amantes - que me trasmitieron cierta emoción y me parecieron bastante conseguidos. También me parece que Gala es bastante coherente con el tono general del relato, con lo que quiere contar y como lo quiere contar. No tiene ningún escrúpulo en llevar su tragedia hasta las últimas consecuencias, algo que no sucede en el film homónimo protagonizado por Ana Belén.

Pese a todo, "La Pasión Turca" no me parece una gran novela. Debido sobre todo a los aspectos señalados al principio de esta reseña, su lectura se me hizo pesada y en general bastante irritante.

Joseph B Macgregor