La orden del dragón

Opinión:

"La orden del dragón" es la segunda novela publicada por la editorial Puck tras "Encuéntrame en Moonlight" que lo fue hace un par de años; tampoco parece que será la última, pues la editorial anuncia que próximamente publicará dos novelas más de Jenn Bennet, que, por lo que se puede suponer, seguían inéditas en España, pues hay alguna que sí se había publicado hace un tiempo.

Nada más abrir el libro, un vistazo al mapa da una idea de por dónde andará la historia, pues están ahí buena parte de los elementos que formarán el entorno en que les tocará moverse a los protagonistas. Aparecen regiones, ciudades y detalles geográficos de Rumanía, que son los lugares en los que desarrollarán buena parte de sus pesquisas, junto con el trazado de las vías de tren que cubre el Expreso de Oriente, que también será otro escenario de sus carreras.

Otro aspecto de la historia, que se van encontrando mientras continúa la aventura, son los mensajes secretos que le ha dejado a Theodora su padre, Richard Fox, sobre todo en su diario, aunque la dificultad será encontrar la clave que descifre esos mensajes criptografiados, aunque la perseverancia de Theodora, por no decir su testarudez, será la única manera de enfrentar el reto.

Desde el principio, "La orden del dragón" es una carrera contra reloj, de aventura en aventura, además de escapar de los peligros que les acechan una y otra vez, por parte de Theodora y Huck, un equipo en el que la mayor parte del tiempo es ella quien tiene el papel más activo, mientras que él tiende a ir algo a remolque de su ímpetu y de sus ideas y argumentos.

También es cierto que a él le ha tocado el papel de protector, que no es que le haga mucha falta a ella, que se las apaña muy bien para meterse en embolados de toda índole, aunque también encuentra, la mayoría de veces, no siempre, la manera de salir indemne de la situación.

De propina, a ratos hay momentos para recordar una especie de romance que tuvieron ambos tiempo atrás, que ha dejado unas cuantas heridas y bastantes malentendidos. Y quien dice recordar, pues eso, que se les puede pasar por la cabeza retomarlo de nuevo, si no es que antes acaben enfrentados por nimiedades y lo estropeen todo.

Hasta ahí bien, pues el desarrollo de la trama tiene todos los ingredientes para resultar atractivo; no obstante, sí que pienso que tal vez en el desenlace se hubiese tenido que buscar una alternativa, para evitar comparaciones que enseguida vienen a la mente, pero tampoco desmerece demasiado y se puede aceptar por todo lo que ha habido antes.

Sea como sea, la lectura de "La orden del dragón" se me ha hecho corta, muy corta para la cantidad de acontecimientos que se van sucediendo uno tras otro en una aventura cuyo ritmo no decae en ningún momento, mientras mantiene el ánimo del lector en vilo hasta el final.

Selin