Anika entre libros

La luz después de la guerra

Ficha realizada por: Marisa Costa,Vane Gómez
La luz después de la guerra

Título: La luz después de la guerra
Título Original: (The light after the war, 2020)
Autor: Anita Abriel
Editorial: Suma de Letras
Colección: Suma


Copyright:

© 2020, Anita Hughes
© 2021, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U.
© 2021, Isabel Murillo Fort por la traducción

Traducción: Isabel Murillo Fort
Edición: 1ª Edición: Febrero 2021
ISBN: 9788491293774
Tapa: Blanda
Etiquetas: familia amistad superación basada en hechos reales clases sociales romance drama muerte mujeres supervivencia Francia Italia histórica II Guerra Mundial narrativa judíos literatura australiana novela relaciones personales primeros amores emociones sentimientos desamor injusticias Venezuela sororidad
Nº de páginas: 392

Argumento:

Es 1946, a un año de finalizar la Segunda Guerra Mundial, dos jóvenes amigas de origen judío encuentran refugio en la destruida ciudad de Nápoles. Atrás ha quedado Hungría, su país natal, la única certeza que tienen en sus vidas es la muerte de sus padres.

Vera Frankel y Edith Ban escaparon de uno de los trenes de la muerte con dirección a Auschwitz, se refugiaron por meses en una granja austriaca y pese a todo ello conservan su sueño de libertad y de reinventarse una nueva vida.

 

Opinión:

 

Marisa Costa

Licenciada en Literatura Inglesa y con un Máster de Escritura Creativa, Anita Abriel presenta un prometedor debut con una inspiradora novela que tiene sus bases en la historia real de supervivencia de su madre en los tiempos de guerra.

A través de un lenguaje pulcro y delicado y una narrativa fluida y sencilla, "La luz después de la guerra" conduce al lector a través de un viaje intercontinental por una historia llena de sentimiento sobre dos mujeres que tras perderlo todo deben superarse a sí mismas y encontrar su lugar en el mundo.

El libro regido por una estructura que combina saltos temporales entre presente y pasado va desvelando todas las vicisitudes con las que las protagonistas deben lidiar para llegar hasta el lugar en donde se encuentran, otorgando un punto de suspense y expectación a la trama. Estos saltos temporales si bien son acertados quedan en ocasiones bastantes escasos y difuminados, llegado a no comprender muy bien su desarrollo.

A pesar de ello nos da unas breves pinceladas sobre el trasfondo de los personajes permitiéndonos conocer su historia, así como todos los traumas que arrastran y se empeñan en esconder a pesar de condicionarlas en cada una de sus decisiones diarias. La autora ofrece así una visión profunda y extensa de la psique de las protagonistas que no deja indiferente.

Gracias a una narración que rompe con los paradigmas de las novelas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial, al recrear las vidas de los supervivientes en un contexto completamente hostil alejado de su entorno seguro, el lector podrá recorrer países emblemáticos como Italia, Francia o Venezuela.

Por medio de un amplio proceso documentativo de la autora se descubrirá diferentes ángulos de estos lugares a través de la cultura, la idiosincrasia, las localizaciones, la gastronomía o la historia. Lo que nos permite, como lectores, conocer un poco más sobre dichos países en tiempos de postguerra.

Los personajes, a pesar de estar bien diseñados y mostrarse fuertemente construidos y con una clara personalidad, no consiguen captar al lector y hacerlo empatizar en todo momento, pues algunas de sus decisiones o su forma de proceder a veces se ven un tanto forzadas por la trama.

Aunque a lo largo de la historia puede parecer que en la vida de las protagonistas todo se presenta de forma tan idílica que incluso el lector puede llegar a sospechar de su verosimilitud acerca de una historia real, en ocasiones, se generan unos giros completamente inesperados y dramáticos en donde la realidad se hace presente y recuerda que la vida es dinámica y conlleva momentos de pura satisfacción y otros más difíciles.

Algunos de los temas que quedan patente a través de la vida de Vera y Edith son la lucha de la mujer por hacerse un hueco en el ámbito laboral en tiempos de postguerra, la amistad, la sororidad, las relaciones sociales, la familia o la lucha por los sueños.

Cabe destacar que, a pesar de no ser una novela categorizada de romántica, la historia presenta grandes pinceladas de romance, integrando así el amor como un ámbito más de la vida y dejando patente diferentes tipos de relaciones.

Con un final esperanzador y una trama que no decae en ningún momento, la lectura se vuelve amena y ligera creando un deleite para el lector.

Personalmente, como enamorada de las novelas relacionadas con los tiempos de guerra, he de reconocer que si bien no es una gran obra que destacar en el género histórico sí me ha parecido bastante original por el enfoque que la autora le da, además de la trama, de los personajes, de la ambientación y los temas que trata.

En conclusión, Abriel logra transportarnos dentro de una historia bien estructurada en la que explota todo el potencial de los personajes y en donde las excelsas descripciones complementan el marco histórico forjando, en su conjunto, una novela interesante que se disfruta de principio a fin por su ritmo trepidante y por su historia enternecedora.

Por todo ello ha sido una lectura con la que he disfrutado, aprendido y que recomiendo abiertamente.

 

Marisa Costa

 

SOMBRA 

 

Vane Gómez

Lo primero que tenemos que destacar de "La luz después de la guerra" es la portada tan preciosa que nos presenta. Es inevitable darle valor a la portada, y más aún a los detalles de las ediciones, ya que suele ser lo primero en lo que nos fijamos, aunque no siempre está relacionado. Pero en este caso, la portada es tan preciosa como la historia que encontramos dentro.

Anita Abriel nos cuenta una historia personal y real. Tan personal y real como que es la historia de su madre: Vera Frankel.
Vera Frankel y su amiga Edith Ban han conseguido escapar de la guerra. Son judías, vivían en Budapest y fueron enviadas a Auschwitz junto a sus madres. Pero ellas dos consiguieron escapar del tren, aunque aún las quedaba algo realmente difícil: sobrevivir.

La historia alterna dos tiempos, el presente y el pasado de las dos amigas, ya que, durante la historia, por diversos motivos, una u otra serán las encargadas de ir narrando lo ocurrido.

Con ellas descubriremos cómo se vivieron los inicios de la guerra, la estrella amarilla que los judíos tenían que llevar, las injusticias que tuvieron que vivir, expulsados de casa y enviados a guetos, a campos de trabajo, los problemas para encontrar comida, o ese fatídico viaje en tren a Auschwitz.

Creo que por más que lea sobre este tema nunca se me dejará de poner la piel de gallina. Aunque sobre ciertas situaciones de Auschwitz pasamos de puntillas, no cuesta imaginar el horror que tuvieron que vivir millones de personas.
Por suerte, Vera y Edith pudieron escapar y tener una segunda oportunidad.

Anita Abriel nos describe cómo es, a pesar del horror y de la desesperanza, no perder la ilusión ni las ganas de seguir adelante. Siendo sólo unas adolescentes, tienen un mundo entero por descubrir. Empezando por buscar un trabajo, para tener para pagar la habitación en la que viven o tener para comer.

Nos puede resultar llamativo lo diferentes que son Vera y Edith. Vera nos parece más madura, más coherente, mientras que Edith es más alocada, no cede en lograr su sueño ni confiar en todo el mundo.

Con ambas descubriremos también el primer amor, la ilusión por ver a esa persona, por pasar momentos con ella, por planear un futuro juntos. Pero también descubriremos la amargura del desamor y el peligro de no saber querer bien. Quizá en alguna parte me ha faltado algo más de cercanía con los personajes, de reflejar y que casi sintamos esos sentimientos en nuestra propia piel, en algunas escenas no he llegado a conectar del todo.

La historia nos tiene enganchados completamente porque tiene unos giros muy buenos. Las protagonistas no tienen ni un minuto de calma como quién dice y no les quedará más remedio que viajar y tomar decisiones arriesgadas para poder sobrevivir, dejar atrás el pasado y comenzar de cero. Su dura vida no acaba cuando termina la guerra, y veremos también como afectó la guerra en otros países, aunque no estuviesen directamente implicados en ella.

De igual manera, veremos las diferencias sociales y, sobre todo, lo que más me ha chocado, las diferencias de cultura respecto a la mujer. Mientras que en Nápoles pueden pasear solas o tomarse un refresco en una terraza, en Caracas no está bien visto que la mujer salga sin su marido e incluso que trabaje estando ya casada.

"La luz después de la guerra" es una historia emotiva, dura, pero también con un toque de esperanza. Un pequeño homenaje a todas aquellas personas que sobrevivieron y que tuvieron que aprender a vivir de nuevo. Y también para aquellas que no lo lograron, porque no debemos de olvidar lo ocurrido.

 

Vane Gómez

 

 

 

Frases de esta opinión pueden utilizarse libremente en otros medios para promoción del libro, siempre que no se varíe y se mencionen al autor de la misma y al medio anikaentrelibros.com

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