La casa del azúcar

Opinión:

Ángeles Gil, abogada de profesión, siempre ha tenido la escritura como su asignatura pendiente. Es por ello que comenzó a cursar el ciclo de novela en la Escuela de Escritura del Ateneu Barcelonès del cual sacó todos los recursos necesarios para, durante cuatro años, darle vida y forma a lo que sería su primera novela, "La casa del azúcar".

Bajo el sello de Ediciones B, Ángeles Gil hace su presentación en el mundo literario con una historia inspirada en la vida de su bisabuela, una criada de principios del siglo XX que decide tomar las riendas de su vida para escapar del futuro que le esperaba por pertenecer a una familia humilde.

Con una prosa fluida, adictiva y estética la autora nos obsequia con una narración llena de descripciones que llevan al lector a los ambientes propios de las regiones vitivinícolas y a un remoto pasado de manera muy especial.

Emplazada en dos etapas trascendentales en la historia de España; el principio del siglo XX y la época previa a la Guerra Civil, Ángeles hace uso de los saltos temporales con el fin de conjuntar la trama para que el lector descubra poco a poco los entresijos de la novela, además de darle una mayor fluidez e interés.

La ambientación es impecable gracias a las descripciones que tienen el cuidado de no atiborrar la novela con datos históricos, suministrándolos adecuadamente para realzar ciertos momentos y su influencia en los personajes.

Narrada en primera persona por la propia Manuela, el lector hará un viaje profundo por la psique de la protagonista, así como su evolución personal y profesional. Manuela es un personaje que inicia como una joven inmadura, idealista e inocente, quizás este aspecto de ella cause más rechazo o imposibilite su empatía, ya que sus decisiones son completamente ilógicas y muy impulsivas. Sin embargo, conforme diferentes sucesos van aconteciendo a lo largo de los años, Manuela se volverá una mujer fuerte, arriesgada, madura y en cierto modo adelantada a su tiempo.

Del mismo modo, la autora dota al resto de los personajes de características propias que afinan sus personalidades, haciéndolos más cercanos y reales, aunque debido a la perspectiva quedan menos tratados.

La novela sobresale por el arduo trabajo documental que se manifiesta en la ambientación, las tradiciones de la época, la diferencia social y la situación socio-política de España, al mencionar por ejemplo la Guerra del Rif o los primeros escarceos entre los bandos opuestos que desataría la Guerra Civil. Dicha documentación refuerza el sentido más realista.

La acción se vuelve más trepidante llegando a la tercera parte de la historia, pues la primera y segunda son más ambientales y explicativas sobre la juventud de Manuela. A pesar de ello, la lectura no se vuelve aburrida en ningún momento, ya que Ángeles Gil logra mantener la atención del lector a lo largo de toda la novela por medio de giros inesperados que dinamizan la historia.

Es de agradecer a la autora el brindarnos una historia en la que el romance pasa a un segundo plano para enfocarse mucho más en la historia de superación de nuestra protagonista, historia que sin duda es un homenaje a las mujeres.

La novela adquiere, por las características mencionadas, una riqueza visual que la hacen propia para adaptarla al cine o bien como serie televisiva.

Sin duda alguna, "La casa del azúcar" es una lección sobre la vida, los caminos que se abren, el destino y las circunstancias positivas y negativas que nos llevan a ser lo que somos. Una saga familiar, madura, bien narrada y entretenida que hace la delicia de cualquier lector de libros históricos y superación femenina.

Ángeles Gil posee una pluma distinguida y especial que esperamos pronto nos deleite con otra historia memorable.

Marisa Costa