La bruma verde

Opinión:

Ganadora del Premio de Novela Fernando Lara de este año, esta novela es una trepidante aventura en pleno corazón de África, en la selva del Congo, donde sucede la mayor parte de la acción, pero también viajaremos a Inglaterra, China e incluso Bélgica, porque todo está conectado a una trama aún más grande y peligrosa: políticos corruptos y transnacionales ambiciosas. Pero nada es lo que parece.

Gonzalo Giner nos tiene acostumbrados a obras extensas, pero de capítulos cortos que saltan de un lugar a otro del mapa, lo que dinamiza la lectura y, sobre todo, te engancha. Y mucho. Es como un guion de película, por lo visual de sus descripciones y por la versatilidad de recursos narrativos que hace que te sumerjas en ella. Sus más de seiscientas páginas se disfrutan de principio a fin, porque ni te das cuenta cuando te has bebido toda la historia. Y siempre quieres más.

Quienes hayan leído más libros de Giner sabréis que siempre aparece algún animal compañero del protagonista, en este caso es Fuhara (en suajili "feliz"), nombre que le da Bineka a una pequeña chimpancé huérfana, que será su amiga durante mucho tiempo.  

Es que en esta novela se cruzan muchos destinos... desde que su aldea fuera arrasada y su familia y amigos muertos por mercenarios, Bineka empezará a compartir su camino con un sin fin de personajes que, de una u otra forma, moldearán su vida y su percepción del mundo.

Su abuelo le decía que sus ojos verdes eran el reflejo del amor que la selva sentía por ella y que la cuidaría. Tras ese fatídico día, comienza a vivir con un grupo de chimpancés a los que da nombres de personas de su aldea según su personalidad. Los humaniza, aunque sabe perfectamente que sigue en peligro viviendo con ellos, pero esto cambia cuando se cruza con el destino de Lola y de Collin, que buscan a Beatriz, una cooperante de la ONG desaparecida en la selva -supuestamente secuestrada por alguna guerrilla-, que es la mejor amiga de Lola y compañera de trabajo de Collin y se topan con algo que no tenían previsto. Tanto Bineka como Beatriz, son piezas de un entramado de corrupción y violencia de alta escala. 

Aquí está el meollo de toda la novela... Bineka representa a la selva en toda su extensión, no solo por llevar la bruma verde del río Congo en sus ojos, sino que también simboliza el expolio y la violencia de las multinacionales en la selva, destruyendo todo a su paso... y a su vez, es el nexo con los animales, en este caso con los chimpancés, descubriéndonos su comportamiento y sus hábitos mientras formaba parte del clan.

Y aquí también tendremos que detenernos a observar a la propia Bineka, una joven adolescente que pasa de vivir en su aldea a convivir con chimpancés, luego con otros humanos y ampliar su mirada. Su forma de vida desapareció ante sus ojos, ahora debe reformularse y crecer, aprender nuevos idiomas, usar ropa más occidental.... descubrir el amor y, sobre todo, encontrar su camino.

Conoceremos a Collin y a Lola, entre otros personajes, todos muy bien desarrollados y con una personalidad estructurada, muy reales, que sufren, ríen, dudan, lloran y aman con toda la fuerza posible, descubren su verdadera pasión, viven y mueren según sus valores y forma de vida. Y que también dan giros drásticos en su vida, tras cruzarse con los verdes ojos de Bineka.

También conoceremos la otra cara de la moneda: la ambición de un grupo de personas con poder para corromper y vulnerar las leyes a su antojo. Multinacionales que destruyen todo a su paso: aldeas, personas, animales.... nada importa, nada tiene más valor que su dinero, no tienen mesura para resolver todo con la más extrema violencia. Junto a esto, las guerrillas que aparecen y desaparecen según la conveniencia política y, por si fuera poco, cazadores furtivos diezmando especies en extinción para la venta...

Giner también nos muestra una parte de la población sin educación, pobre, sin recursos, hay una diferencia tan abismal entre unos y otros que duele leer. Así, este libro es una llamada de auxilio ante la indiferencia de la sociedad. ¿A quién puede importarle un puñado de gente que trabaja, vive y sufre en la extrema pobreza? Parece que solo a quienes se desviven día a día por ellos: cooperantes de ONGs, médicos en los siempre saturados hospitales y biólogos del centro de recuperación de animales... un pequeño ejército de almas frente a la superioridad y la violencia de quienes ostentan el poder absoluto. A éstos nada los detiene y Giner nos lo describe con toda crudeza, pero a los defensores de los más vulnerables tampoco se detienen... aunque la vida se les fuera en ello.

Este es un libro que se lee con intensidad, una historia que nos abre el corazón y lo llena de muchas emociones contradictorias, quizás de todos los escritos por Giner, es el que más intencionalidad tenga, al final del libro nos cuenta cómo y quiénes inspiraron esta novela: es un mensaje ecológico que abarca mucho más que esto, intenta inspirar a las personas.

Parece que oigo a Eduardo Galeano diciendo eso de "mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo". Porque cada acción cuenta, por muy mínima que sea. ¡Así sea!

Carol Inabé Barba