La bóveda y las voces

Opinión:

Mucho se ha escrito sobre la polifonía, una expresión musical que encontró su primer momento de esplendor en la obra de los compositores franco-flamencos del siglo XV. En cambio, no se ha escrito tanto sobre el más destacado de esos compositores, Josquin Desprez (también escrito como Josquin des Prés), cuya biografía ha sido difícil de reconstruir para los expertos debido a la ausencia de datos, de documentos, de testimonios e incluso de partituras originales. Consciente de esta situación y del desconocimiento general que existe en torno a la figura de Desprez, el ensayista Ramón Andrés asume en "La bóveda y las voces" el cometido de reconstruir su vida y de proporcionar al lector contemporáneo una vía de acercamiento, poco convencional, a la obra del compositor y al tiempo histórico que le tocó vivir. El resultado de esto es un libro que esconde toneladas de erudición en cada una de sus páginas, pues el autor no se ha limitado a construir un ensayo al uso, sino que ha recurrido a estrategias discursivas propias de otros géneros, como el diario y el anecdotario, para asfaltar el camino intelectual que nos guiará tras el rastro de Josquin Desprez.

Si menciono esta encrucijada entre géneros literarios es porque se trata de una cuestión de gran importancia para entender el valor de esta obra. Desde la primera página de "La bóveda y las voces", el lector tiene la impresión de hallarse ante un diario, pero no uno personal, sino quizá un cuaderno de trabajo o de anotaciones intelectuales. La primera de las entradas, fechada el 23 de diciembre de 2019, nos pone en situación sin entrar en detalles: el autor se propone "ir tras la estela de alguien del que todavía aprendo". Poco a poco se nos introduce, con toda una serie de temas, en las que serán las líneas de fuga del ensayo: el siglo XV, la música religiosa y profana, el arte polifónico, la espiritualidad de Occidente… y, junto a todo ello, también la vida diaria del Ramón Andrés en Elizondo, un pueblo del pirineo navarro en el la vida, natural e intelectual, continúa a pesar de las restricciones que en marzo de 2020 se impusieron en España para tratar de frenar la pandemia del coronavirus. De esta forma, el relato del itinerario físico e intelectual que siguió Josquin Desprez se alterna con la crónica de un período confuso, el de la pandemia, y de otro período no menos complicado, el del Renacimiento europeo.

De esta forma, Ramón Andrés nos acerca a los inicios de Desprez, en una capellanía en la catedral de Aix-en-Provence al mismo tiempo que nos ilustra con detalles y explicaciones en torno a los numerosos tratados renacentistas que firmaron intelectuales de renombre como Leonardo Da Vinci, Alberto Durero o el músico Joachim Thuring. De igual modo, recorremos distintos episodios de su biografía -como el aprendizaje del contrapunto con Johannes Ockeghem o su presencia en el coro papal de Inocencio VIII, así como posteriormente en Francia e Italia, al servicio de Luis XII y del duque Ercole de Ferrara- mientras el autor nos expone agudas reflexiones suscitadas por obras del compositor, tanto misas como motetes y alguna chanson. Entre todo ello, por supuesto, desfilan cientos de músicos e intelectuales que nos ofrecen el paisaje más vivo y brillante de la cultura renacentista: Giovanni Pico della Mirandola, Hans Memling, Christine de Pizan, Guillaume de Lorris y Jean de Meung, Miguel Torga, Marsilio Ficino y Leon Battista Alberti, entre los más conocidos, e incluso Glareanus y Giorgio Vasari, que tan bien retrataron en sus escritos al compositor francoflamenco.

Con todo ello, Ramón Andrés reconstruye con exactitud el paisaje intelectual del Renacimiento europeo, y propone en "La bóveda y las voces" incontables puertas de entrada a una cultura que, como Josquin Desprez, aún permanece desconocida para gran parte del público contemporáneo.  

Darío Luque