Krúbera-Voronya. La conquista del centro de la Tierra

Opinión:

Aunque estamos en el siglo XXI, no por ello se ha explorado completamente la Tierra, aún hay zonas en las que el hombre no ha puesto sus pies o lo ha hecho poco. Una de ellas es la sima Krúbera-Voronya, ubicada en la región de Ajbasia, en la frontera entre Georgia y Rusia. Es la sima más profunda de la Tierra, todo un reto para cualquier explorador.

Gonzalo Núñez es espeleólogo y aventurero. Junto con otros compañeros se aventuró en la exploración de esta sima. "Krúbera-Voronya. La conquista del centro de la Tierra" ha sido publicado por la editorial Almuzara. Es un libro bastante interesante que gustará mucho a los lectores con espíritu aventurero a quienes les guste leer y conocer experiencias extremas. El autor narra cómo fueron los preparativos y la experiencia de descender más de 2000 metros en la profundidad. El National Geographic  financió la expedición y se presentó como una de las primeras del siglo XXI.

Es una lectura que me ha parecido muy completa. No se ciñe solo a relatar la experiencia, sino que, también, hace un recorrido histórico por la zona. Gonzalo Núñez habla de cómo era la situación, tanto durante la Revolución Rusa como bajo el control de la URSS. Estos apuntes históricos no son mero relleno, sino que ayudan al lector a ubicarse más y mejor. Desde el punto de vista personal, me han parecido muy interesantes y dan otro valor a la lectura. No es solo un libro de aventuras, también tiene una parte histórica.

La expedición a Krúbera-Voronya no fue fácil. No voy a desvelar qué fue lo que ocurrió. Solo que, la forma en la que está narrado, contagia la tensión. Es un documento de primera mano, fiable y objetivo. Todo un testimonio. Es, también, una reivindicación de la espeleología como una actividad que va más allá de la simple aventura y que, a pesar de estar en el siglo XXI, no por eso ha superado todos los peligros que conlleva.

Es una lectura adictiva. Se aprecia mucho que Gonzalo Núñez no se limita a compartir con el lector su experiencia, también lo que sintió y vivió. Me ha parecido un testimonio de primera mano muy a tener en cuenta. Aunque él ama la espeleología, es consciente de los peligros que tiene. Aquí, en este libro, no la idealiza o romantiza, expone todo lo que tiene practicar este deporte.

Almuzara ha cuidado la edición. Se incluye un pequeño dossier con fotografías de la expedición. Lo cierto, es que creo que es un libro que merece la pena leer.

Ysabel M.