Hollywood Jan

Opinión:

En portada aparece también el nombre de Michaël Sanlaville. He tenido que preguntar a Lorenzo Pascual, editor de Diábolo Ediciones, qué parte correspondía a Sanlaville dado que este libro es 100% Vivès y el dato no aparecía. Al parecer Sanlaville es el guionista, y me ha dejado perpleja lo afines que son estos dos chicos a la hora de contar historias. Es la primera vez que Vivès ha contado con un guionista, y ha acertado en la elección.
 
La adolescencia es una de las etapas más emocionantes y difíciles de la vida del ser humano y el que se haya olvidado de ella tendrá un problema si tiene hijos de esa edad, porque es tan difícil ser adolescente como ser el padre de un adolescente. Yo soy madre de un adolescente, y me he quedado muy sorprendida al reconocer en este "Hollywood Jan" cosas que he conocido en el primer año de instituto de mi propio hijo.
 
Jan Herst tiene sus propias armas para salir adelante, pero no son las habituales. En su caso personifica a Arnold Schwarzenegger, Sylvester Stallone y Russell Crowe, habla con ellos y se deja acompañar por ellos como si fueran sus ángeles guardianes o sus colegas, pero llegará un día en que empiece a encajar en el grupo de personas reales y todo cambie. Este proceso será su salida del cascarón, su ingreso como casi-adulto en la sociedad, el abandono de la niñez... Por supuesto Jan tendrá suerte porque será aceptado por JB, un chico aparentemente algo mayor y más alto que le acoge y protege. Con su respeto le devuelve la autoestima y además lo hace partícipe de su vida, y eso es imprescindible. He visto a mi hijo en el protegido y me he emocionado porque los autores han calcado una historia que conozco, la de los críos que se sienten atemorizados cuando pasan del colegio al instituto, demasiado pequeños aún con sus enormes mochilas a cuestas, con los típicos mamones (perdón, matones) de cursos superiores acosándoles, las niñas -más despabiladas- burlándose de ellos, y los críos queriendo encajar y no sabiendo cómo hacerlo porque han entrado en una jungla que les parece (y casi siempre así es) un mundo inhóspito.
 
En los dibujos Bastien Vivès ha mezclado su habitual estilo en los personajes reales con la musculación espectacular (casi a modo de parodia o incluso monstruosa de los superhéroes -como podría ser Hulk-) en los personajes irreales, pero particularmente en la figura de Arnold Schwarzenegger, y sus retratos cinéfilos no están nada, nada mal pues son fácilmente reconocibles.
 
Como siempre, una novela gráfica de Vivès (y Sanlaville) que recomiendo. Me en-can-ta. Creo que es difícil que no le guste a alguien una historia como ésta.
 
Anika Lillo