Gordo de Porcelana

Opinión:

"Gordo de Porcelana" es una obra con muchas voces y, sobre todo, mucho que recordar. Su autor, David Pascual, también guionista, dibujante, músico y profesor, tiene otras cuatro obras editadas bajo el pseudónimo Mr. Perfumme, en editoriales independientes, pero este es su primer libro firmado con su nombre y para un sello del Grupo Planeta.

Este libro es un viaje al pasado lleno de imágenes que se quedan en la retina. Dolo, la protagonista es una mujer que lo ha pasado mal toda su vida y ahora ha alcanzado una aparente felicidad: pareja, una hija y un animé -"Gordo de Porcelana"- que se vende como pan caliente en Japón. Ojo, el único de España. Y en unos 25 países más, con merchadising y toda la parafernalia. Palabras mayores.

Pero esto solo es la punta del iceberg... se desarrolla aquí una trama con un ritmo vertiginoso, con capítulos breves e intercalando viñetas del gran "Gordo de Porcelana" y también imágenes con el rostro de los protagonistas, así los vamos fichando visualmente, todo creado por el propio autor. Si a eso le agregamos que hay un sin fin de diálogos y guiones diversos, la inmersión es tan total, que te abstraes y caes dentro del relato. Y lo disfrutas, aunque sea un drama de proporciones bíblicas. Que lo es.

Es un libro tan violento como surrealista, con diálogos hilarantes y llenos de absurdos muchas veces, pero que en su trasfondo nos dan una patada directa en medio de nuestra realidad. No era lo que nos contaban. Es lo que vemos aquí. Familias disociadas, hermanos abusadores y violentos, huidas a través del alcohol, las drogas o el sexo. Da igual. Hay que ir hacia delante como sea. Porque este es un mundo aparentemente aparte donde suceden cosas espeluznantes, mientras los turistas en Marina d'Or se lo pasan en grande. Cosas que pasan.

En este sentido, Dolo va recordando sucesos y nos lo va contando en primera persona y nos arma un puzzle con piezas tan desiguales que parecen no encajar, pero encajan. Como un guante. Y nos cuenta cosas a una velocidad de vértigo, mezclando ideas y tiempo, a veces nada parece real y es que su imaginación tiene incontinencia verbal.

Dolo tiene un hermano, Antonio, inspirado en Antonio Anglés, sin paradero conocido desde 1993, sindicado como presunto coautor del crimen de Alcasser, sucedido el año anterior, algo que en el imaginario colectivo aún sigue vivo a pesar del tiempo transcurrido. Esa Dolo, con ese hermano en cuestión y con otro, Jesu, que abusa de ella constantemente, es la que va y viene, dentro de su memoria y nos cuenta también la relación tóxica con sus hermanos y hermana - y sobre todo su madre-, que parecen salir de alguna película de folks de los Estados Unidos profundo... muy profundo. Muy violento todo, decadente y oscuro. Luego está Matías, el loco más cuerdo, pero esa, esa es otra historia. Y Violeta, el catalizador de todo lo que vendrá.

Y hay personajes interesantes, todos en realidad, están muy bien delineados y tienen también mucho que decir: psicólogas algo locas, hermanos un poco enajenados, yonkis, amistades, una familia propia que, a pesar de todo, está ahí. Pero Dolo no sale del bucle.

Así, vamos de la risa al llanto, de la emoción extrema a la hilaridad surrealista, en una especie de caleidoscopio, que quizás a no todo el mundo guste, pero que atrae con fuerza. Me gustaría verla visualmente, en una pantalla, con esa versatilidad y violencia por partes iguales.

Además no solo se trata de Dolo, sino también de una historia dentro de una historia, que pasa como con la piel de la cebolla, que se adentra en temas más profundos en la medida que sacamos una a una sus capas. Hay sorpresas en su interior esperando a ser disfrutadas. O no. Eso ya depende de cada quién y cómo se tome la idea en cuestión. Risas y llantos por partes iguales. Una pista: Lola Flores.

Al principio no me encajaba lo de punk, pero luego, al transcurrir la lectura, te das cuenta que hay una sensación de rebeldía constante, de moverse a contra corriente pese a todo, de no dejarse vencer ante nada y también de ser algo de vilano al viento -cuando huye de casa y se va con su mejor amiga, Alex, a vivir juntas- subsistiendo de lo que sea, sin tener un jefe por encima, al ralentí... y haciendo fanzines con sus historias, germen de su famoso "Gordo de Porcelana", que no puedo evitar ver como un Doraemon a la española, brutal y confuso.

Y viniendo a cuento, o no, quien sabe, se me vienen a la memoria esas flores inocentes de Takashi Murakami, con esa dualidad inocente/violenta, con ese trasfondo maldito, de colmillos afilados y mirada feliz. Como un reflejo sucio de la realidad, pero que no es sucio. Sino que es ese otro lado simplemente, ese que nunca queremos ver.

Temas de hoy ha hecho una edición muy interesante, maquetada para disfrutar de la lectura y las imágenes que se integran perfectamente en ella. Por cierto, la sobrecubierta tiene una sorpresa.

¿Recomendable? Por supuesto que sí, recomendadísima, pero una cosa... poneos cinturón, ¡que vienen curvas!

Carol Inabé Barba