Fuego, hierro y sangre

Opinión:

"Fuego, hierro y sangre" combina una ambientación en la época de los vikingos con un toque de fantasía. Incluso ese toque de fantasía, no obstante, está inspirado en la mitología nórdica y se nota que Theodore Brun se ha documentado en profundidad a la hora de crear un escenario creíble.

El personaje principal es Hakan, lisiado pero aun así un buen guerrero con todas las características de un héroe legendario: marcado por la tragedia, pero capaz de levantarse una y otra vez. Está muy bien trazado y su evolución es creíble ya que el libro está muy centrado en su viaje de autodescubrimiento, aunque por alguna razón me ha costado empatizar con él. Otro personaje destacado es Kai, que me ha gustado mucho por su desparpajo y por ser capaz de darle algo de vidilla a Erlan, convirtiéndose en su contrapunto perfecto. El resto de personajes son demasiado secundarios para hacerles mención, pero destacaría que Inga y Lilla, a pesar de ser mujeres aparentemente fuertes, cumplen un papel muy básico de generadoras de conflicto y de las que tienen que ser salvadas.

Sobre la trama hay que decir que, aunque es interesante, sigue una estructura bastante convencional de la que no se sale en ningún momento, de modo que me ha resultado un tanto predecible. Además, se me hizo un poco lento el principio, aunque nunca aburrido al haber acción, batallas y varias cosas que despiertan la curiosidad. Luego, según va avanzando, y en especial después de conocer a Kai y cuando ambos llegan a la corte del rey Sviggar, se va acelerando al hacerse la parte fantástica más sólida y tener la amenaza misteriosa pendiendo sobre el reino, lo que hace la historia cada vez más oscura y atrapante.

La historia se cierra, pero queda claro que habrá continuación y, tal y como se ha quedado el libro, sin duda la segunda parte tiene mucho potencial. De hecho, si se sigue la tendencia de esta novela, será espectacular: la fantasía ya está muy presente para el final de "Fuego, hierro y sangre" y además hay potenciales problemas para el protagonista dentro de la propia corte, como la reina o el príncipe heredero y su consejero. Sin duda la leeré cuando salga, porque las aventuras de Erlan han conseguido engancharme.

Déborah F. Muñoz