Filipo y Alejandro. Reyes y conquistadores

Opinión:

Tanto Grecia como Roma y Egipto son temas que tienen y atraen a un gran número de lectores. La producción bibliográfica con ellos de protagonistas es muy extensa. Cada año salen al mercado muchas novedades. Una de las más recientes es esta que presenta la editorial La Esfera de los libros. "Filipo y Alejandro. Reyes y conquistadores" escrita por Adrian Goldsworthy.

Siguiendo la estela de otros libros suyos, como "Pax romana", nos encontramos ante una lectura que, a pesar de sus más de 500 páginas, se hace corta. El secreto no es otro que el estilo narrativo de su autor. Sin dejar a un lado el rigor histórico y pedagógico, es una lectura amena, fácil de entender, que va descubriendo al lector rasgos poco conocidos sobre Filipo de Macedonia y su hijo Alejandro. Ambos son muy conocidos, pero se han escrito pocos libros serios sobre ellos. Por ejemplo, descubrimos que para acceder al trono de Macedonia era obligado pertenecer al pueblo de los argéadas y que era frecuente la poligamia.

"Filipo y Alejandro. Reyes y conquistadores" es, al mismo tiempo, una lectura que engloba varios géneros: por un lado, es biográfica, ya que nos habla de la vida de ambos reyes, por otro es un ensayo histórico sobre la Grecia Antigua, así como un libro de historia militar y política. Esto es lo más destacado: que no se centra o ciñe a dar datos biográficos, sino que muestra cómo era la Grecia del momento, su historia. Esto le convierte en algo más que una biografía. Es un gran manual y obra de referencia.

La edición de La Esfera de los Libros está muy cuidada. Aparte de su encuadernación en tapa dura, contiene un pequeño dossier con imágenes en color y blanco y negro. No olvida las referencias bibliográficas, así como el índice onomástico. El libro, además, se inicia con una serie de mapas que muestran la evolución territorial de Grecia y una interesante introducción de 50 páginas con la que no solo puedes llegar a tener una visión amplia de lo que vas a encontrar a lo largo del libro, sino apuntes interesantes sobre sus protagonistas.

Es, en definitiva, una lectura que atrapa y sorprende.

Adrian Goldsworthy es un buen comunicador y sabe muy bien cómo hacer llegar su mensaje al lector. Este libro, al igual que los otros que tiene, es muy recomendado tanto para historiadores como para toda clase de lectores. No es difícil de entender y tampoco es una lectura aburrida.

Ysabel M.