Eso no estaba en mi libro de Historia del Ajedrez

Opinión:

A los aficionados al ajedrez les interesará este libro, incluso a aquellos que no lo son, porque su escritura amena plagada de singulares personajes y ambientes les conseguirá seducir.

Anécdotas, contextos, crónicas, maniobras o celadas, con personajes, fotografías y fragmentos de partidas, se suceden con una extraordinaria agilidad narrativa que nos permiten acceder a esa historia del ajedrez que, como el título del libro anuncia, no estaba en los manuales o ensayos convencionales.

Desde la corte madrileña de Felipe IV hasta finales del pasado siglo, el ajedrez sirve de instrumento en esta obra para relatar esas desconocidas historias para el gran público que atrapan por su singularidad o incluso porque ayudan a contextualizar el ambiente de determinados momentos históricos como la Guerra Fría.

Jugadores como aquel delincuente que se hizo amigo de Al Capone mientras cumplía condena en la famosa prisión de Alcatraz, el ingenioso y tramposo autómata de von Kompelen que llegó a enfrentarse en una partida al mismísimo Napoleón, el niño prodigio Reshevsky, a partida sobre las sábanas de una cama de hospital entre Bobby Fischer y Mijail Tal, las partidas a ciegas de Pillsbury, la "cuarta dimensión" de Petrosian, las niñas Polgár o el "rey" Jan Hein Donner, son muchas de las fascinantes y rigurosas historias que trufan este libro tan plagado de anécdotas y crónicas de jugadas y jugadores que han pasado a la historia con mejor o peor fortuna.

Política, poder, nacionalidad, banderas, naciones, actores de la escena geoestratégica internacional, personajes a la sombra de grandes maestros, machismo, represión, egos superlativos, computadoras, todos se reúnen en esta singular historia de ese ajedrez que nunca le contaron. No dejen de leerla.

Jorge Riet