Anika entre libros

Entrevista a Manuel Díaz Martínez por su obra

"En Cuba, los escritores adaptados o resignados al régimen publican lo que éste no prohíbe. A los que se saltan esta regla, como los periodistas independientes, el poder los silencia, los encarcela o los empuja al exilio."

Firma: Erasmo R. / Fotos: autor / Diciembre 2004

 

Entrevistar a Manuel Díaz Martínez es un motivo de satisfacción por partida doble. En primer lugar porque, aunque él no lo quiera reconocer, se trata de uno de los escritores más prestigiosos de la literatura contemporánea de Cuba. En segundo lugar porque es una persona que, al margen de que se pueda o no coincidir con sus opiniones, ha mostrado una valentía y una dignidad inusual en estos tiempos de sumisión. No es fácil asumir el exilio y la lejanía obligada de tu tierra por mantener unas opiniones frente al poder. Desde estas páginas todo nuestro apoyo y solidaridad.

Manuel Díaz Martínez (Santa Clara, Cuba, 1936). Poeta y periodista. Fue jefe de redacción de las publicaciones culturales cubanas Hoy Domingo y La Gaceta de Cuba. Desempeñó los cargos de primer secretario y consejero cultural de la Embajada de Cuba en Bulgaria. Fue investigador literario en el Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba. Es miembro correspondiente de la Real Academia Española. Ha publicado diez y siete libros de poemas, entre ellos tres antologías de su obra, y en 1967 obtuvo el Premio Nacional de Poesía "Julián del Casal", de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, por su libro "Vivir es eso", otorgado por un jurado que integraron los cubanos Nicolás Guillén y Eliseo Diego, los españoles Gabriel Celaya y José Ángel Valente y el chileno Enrique Lihn. Es uno de los signatarios de la Carta de los diez, en la cual intelectuales cubanos demandaron reformas democráticas al régimen de Fidel Castro. En la actualidad codirige la revista Encuentro de la cultura cubana. Desde 1992, año en que abandona Cuba, reside en Las Palmas de Gran Canaria.

 

 

ENTREVISTA

 

Se le considera uno de los mejores autores cubanos de la generación de los años 50. ¿Por qué cree usted que esto es así?

Con lo inconforme que soy respecto de mi obra, no me lo puedo explicar. Ésta es una pregunta para los críticos.

 

A los lectores de Anika Entre Libros les gustará saber cuándo sintió la "llamada" de la literatura, cómo fueron sus comienzos...

Escribí mis primeros versos y mi primer artículo periodístico cuando tenía alrededor de diez y seis años y estudiaba el bachillerato. Publiqué mi primer libro a los veinte años. Partiendo de mi experiencia, aconsejo a los poetas primerizos que eviten publicar el primer libro que escriban si por casualidad no se llaman Rimbaud, Vallejo o algo así.

 

¿En qué género se siente más a gusto?

En la poesía. También en el artículo de opinión y en la crónica.

 

¿Cree que si viviera en Cuba escribiría de forma diferente?

Escribiría igual, pero a sabiendas de que no me permitirían publicar allí lo que escribiera. Esta experiencia la tuve en los últimos tiempos de mi vida en Cuba antes de exiliarme.

 

¿Cómo juzga el panorama literario cubano?

La literatura cubana está mostrando mucha vitalidad y en ella los géneros más favorecidos últimamente son la narrativa y el ensayo. En ambos se destacan ya numerosos autores más o menos jóvenes, algunos de los cuales han sido publicados, y varios premiados, aquí en España.

 

¿Qué diferencias ve entre la literatura cubana actual y la de otros países latinoamericanos?

manueldiazmartinezSólo un especialista muy al día en la materia, y no es mi caso, podría responder esta pregunta.

 

¿García Márquez o Vargas Llosa?

Literariamente, ambos.

 

¿Cómo cambió su vida la Carta de los diez?

Firmar la Carta de los diez, a pesar de que ésta es tan sólo un pliego de peticiones moderadas, suponía romper con el régimen y, al firmarla, pasé de aceptado a perseguido. Entre otras represalias, me echaron de mi trabajo y de las uniones de escritores y periodistas. No es un secreto que en Cuba contradecir públicamente al gobierno es el camino más corto para llegar a la marginación social o a la cárcel.

La Ley 88, o Ley Mordaza, es el instrumento que utiliza la dictadura para acusar a sus críticos de deslealtad al país y procesarlos como colaboradores de una potencia enemiga. Ésta es la ley que aplicaron el año pasado al poeta y periodista Raúl Rivero y a setenta y cuatro disidentes más, que están cumpliendo penas de hasta veinte y cinco años de prisión por hacer oposición pacífica.

 

¿Volvería a firmar ese documento?

Sí. En él pedíamos, entre otras cosas, la liberación de los presos políticos y la derogación de las trabas administrativas que impiden a los ciudadanos cubanos salir de la isla y entrar a ella libremente, y hoy sigue habiendo presos políticos y los cubanos siguen tropezando con esas trabas.

 

Parece que en Cuba, además de la política, hay otros temas que están prohibidos, como es el caso de la homosexualidad. Sin embargo, Reynaldo González puede hablar de ellos sin demasiados problemas. ¿Hay dos formas de medir a los autores?

En los regímenes totalitarios, de partido y discurso únicos y líder intangible, como el de Cuba, los intelectuales dóciles al poder, y con mayor razón los que participan directamente de él, gozan de privilegios que son negados a los díscolos y contestatarios. Pero entre esos privilegios no figura jamás el de hacer uso, sin riesgos, de la plena libertad de expresión, de la cual sólo disfruta el Gran Adalid.

En Cuba, los escritores adaptados o resignados al régimen publican lo que éste no prohíbe. A los que se saltan esta regla, como los periodistas independientes, el poder los silencia, los encarcela o los empuja al exilio.

 

¿Qué le parecen los premios literarios, están concedidos de antemano?

Concedidos de antemano o no, cada día me interesan menos, incluyendo el Nobel, ese fetiche del siglo XX.

 

¿Cree usted en la bondad de los "best seller"?

¿Y qué es la bondad de los "best seller"?

 

¿Cree que el hecho de que la mayor parte de la oposición al régimen de Fidel Castro esté avalada, financiada y apoyada por personajes como George Bush no perjudica más que beneficia? ¿Puede crear desconfianza en personas que sí quieren democratizar el sistema de verdad?

La oposición cubana no está financiada por nadie. No es mercenaria. Acosados por un sistema policíaco que les impide todo, incluso trabajar para vivir, los que se oponen a Castro dentro de Cuba necesitan ayuda exterior para sostenerse y luchar por sus ideales, y alguna reciben de Estados Unidos, pero también de otros países y, sobre todo, del exilio cubano. Llamar financiación a esta ayuda imprescindible, que además es exigua e incondicionada, es falsear la realidad.

También los opositores que estamos fuera somos acusados de mercenarios por el régimen. Le aseguro que los demócratas cubanos no cobramos por detestar a Castro y luchar contra su tiranía. Nadie cobra por defender sus derechos.

 

¿Puede haber libertad dentro del socialismo? ¿El caso de Salvador Allende no demuestra que con los EE.UU. no es posible la coexistencia en igualdad de condiciones?

Creo posible la libertad dentro del socialismo, siempre que el modelo de estado socialista no sea el de Stalin, Ceausescu o Fidel Castro. Soy uno de los fundadores de la Corriente Socialista Democrática en Cuba. Éste es uno de los motivos por los cuales tuve que exiliarme. En cuanto a la segunda parte de su pregunta, le recuerdo que el mundo ha cambiado mucho en los últimos treinta años y la política de Estados Unidos hacia América Latina no es hoy, por fortuna, la que era en tiempos de Allende.

 

¿Qué proyectos literarios tiene?

Trabajo en la ampliación de mi libro de memorias y en una historia de las vicisitudes de la libertad de expresión en Cuba desde 1959, año en que la revolución toma el poder, hasta el presente.

 

¿Cómo va la antología "El camino de Sevilla"?

No es una antología. Ése es el título de una colección de poesía que yo atiendo en la Editorial Aduana Vieja, de Cádiz.

 

¿Después de Castro, qué?

Espero que un proceso tranquilo hacia una sociedad abierta que propicie la recuperación moral y material de Cuba. Éstos son sólo buenos deseos. En realidad, la respuesta a esa pregunta la tiene Nostradamus.

 

¿Puede ser la poesía el arma que venza a la intolerancia?

Lo primero, para combatir la intolerancia, venga de la derecha o de la izquierda, es ser, en verso o en prosa, intolerante con ella.

 

¿Por qué elegir Canarias como residencia?

Fue el azar el que me trajo a Canarias y el que determinó que aquí me quedase. Vine, después de estar diez meses en Cádiz buscando infructuosamente algo de que vivir, porque la Universidad de Las Palmas me invitó a dirigir unos seminarios de literatura. Esto se unió al hecho de que aquí residía ya una de mis hijas.

Estoy muy enraizado en Las Palmas, donde murieron mi esposa y mi padre y donde he escrito algunos de mis libros más queridos. Aquí me gano la vida escribiendo para periódicos y trabajando en el estudio de arquitectura técnica de mi hija.

 

¿No hubiera sido más coherente permanecer en Cuba, como Raúl Rivero, y asumir las consecuencias de sus actos como él?

El exilio es también una decisión coherente con la lucha anticastrista si en el extranjero no permanecemos callados ni cruzados de brazos ante la tragedia de Cuba. El exilio cubano le ha hecho mucho daño a la dictadura, posiblemente más que el que ha podido hacerle la oposición interna, siempre bajo el férreo control de los cuerpos represivos y agobiada por las limitaciones materiales. El exilio ha dado un apoyo vital a la disidencia interna y, gracias a él, el mundo ha ido conociendo cada día más lo que sucede en Cuba.

Ahora mismo, la mayor defensa que tienen los presos políticos cubanos es la campaña que por su liberación desplegamos los emigrados. En el siglo XIX, las guerras por la independencia nacional se libraron tanto dentro como fuera de la isla: igualmente importantes fueron, cada quien en su frente, los soldados del ejército libertador y los emigrados que los sostenían.

 

¿Dejaron a Castro más alternativas que la que ha tomado?

Castro ha tomado la alternativa que quiso tomar. La tenía pensada desde la Sierra Maestra. Y los gobiernos norteamericanos, con su meticulosa torpeza, lo han ayudado proporcionándole pretextos y coartadas. La torpeza mayor es el estúpido embargo, que por acá llaman "bloqueo" sin fijarse que Cuba comercia hoy con más países que antes de 1959. En fecha tan temprana como 1961, traicionando su propio movimiento insurreccional y aliándose con los comunistas locales como primer paso para conseguir el amparo de la Unión Soviética, Castro emprendió el camino del estalinismo. Y en él sigue, con el país en ruinas y en el brete de siempre con los norteamericanos, que sin proponérselo han sido sus más efectivos aliados.

 

¿En qué ha fallado la revolución?

Tomando en cuenta que la revolución tenía un programa que traicionó, se puede decir que ha fallado en todo. Resumiendo, para no repetir la interminable lista de sus fracasos, señalemos que, en cuarenta y cinco años de planes agropecuarios e industriales de ciencia-ficción, y de gastar en descabelladas aventuras bélicas, subversivas y económicas la mayor parte de los 5.500 millones de dólares, más petróleo barato, que recibía anualmente de la URSS, el régimen de Castro no ha sido capaz ni siquiera de eliminar la cada vez más raquítica libreta de racionamiento. No ha sido capaz, en casi medio siglo, de darle de comer a un pueblo que hasta 1959 obtenía, de su propia tierra y de su propia industria, el 75% de los alimentos que consumía, sin cartilla de racionamiento. Un pueblo que había construido una de las primeras economías de América Latina. La sanidad pública gratuita, una de las bazas de la revolución, fue posible gracias a la subvención soviética, no a riqueza alguna creada en el país, y, por consiguiente, entró en crisis tan pronto como se desmoronó la URSS. La asistencia sanitaria es hoy patética.

Todo esto lo digo con rabia y con pesar porque invertí los mejores años de mi vida en trabajar para la revolución. Con la misma rabia y creo que con idéntico pesar, el nieto del Che Guevara acaba de decir en México que "la revolución cubana fue asesinada por quienes la crearon".

 

Defina la palabra exilio y diga si el exiliado tiene alguna esperanza.

La palabra exilio significa desarraigo, pero la vida de los exiliados la llena de sinónimos: nostalgia, desasosiego, incertidumbre, depresión, incluso esperanza y suicidio. También puede significar renacimiento. Para mí y mis hijas ha significado renacimiento.

 

Nota: Esta entrevista se realizó antes de que supiéramos que el poeta cubano Raúl Rivero, había sido liberado. Una buena noticia para terminar con la entrevista. Desde Anika Entre Libros, nuestro agradecimiento y nuestra alegría.

 

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