Anika entre libros

Entrevista a Luis Delgado Bañón por "El queche Hiena"

"La mar es superior y capaz de tragarse una catedral de tres cuerpos si así lo decide. Ese es el mayor de los retos para el hombre de mar, vencerla día a día"

Firma: Ariodante Handeliana / Fotos: autor / Julio 2010

 

Luis Delgado Bañón es el autor de "El queche Hiena", perteneciente a una saga marinera española

Luis Delgado Bañón, (Murcia, 1946), es capitán de navío. A los dieciséis años ingresó en el Cuerpo General de la Armada y desde entonces ha estado vinculado al mar, siendo capitán de navío durante más de trece años. En agosto de 1963 y tras la necesaria oposición, ingresó en la Escuela Naval como Aspirante de Marina. Posteriormente pasó por los empleos de guardiamarina, alférez de fragata, alférez de navío, teniente de navío, capitán de corbeta, capitán de fragata y, por fin, en 1996, capitán de navío, que equivale en el Ejército al empleo de coronel.

Delgado se ha propuesto el ambicioso proyecto de narrar la historia de la Armada española desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta la Guerra Civil de 1936, intentando mantener, dentro del marco de la novela de aventuras, el máximo rigor histórico y marinero posible. Es delegado del Instituto de Historia y Cultura Naval en el Mediterráneo, y actual director del Museo Naval de Cartagena.

 

 

ENTREVISTA

 

Eres capitán de navío, tu profesión es la de marino. ¿Cómo llegaste a la literatura?

Podría decir que ha sido norma habitual a lo largo del tiempo, que la carrera de las Armas se vinculara a la Literatura. De forma especial, hemos tenido en la Armada grandes historiadores navales como Vargas Ponce, Navarrete, Sanz de Barutell, Fernández Duro y un elevado número que se extiende en la actualidad. Muchos de ellos han sido miembros de la Real Academia de la Historia e incluso presidentes de dicha Institución. Pero en mi caso particular la vocación literaria arranca al mismo tiempo que la marinera. De hecho, en mis primeros años como oficial publiqué cuatro novelas. No obstante, poco a poco fui tendiendo más y más hacia la Historia Naval. En primer lugar porque se trata de un tema que me apasiona. Pero también por la facilidad que supone disponer en la Armada de extraordinarios archivos históricos y revistas propias dedicadas al tema, como la centenaria Revista General de Marina o la Revista de Historia Naval. Pero siempre quise ser escritor y, de forma especial, novelista. En los ochenta me dediqué de lleno a la Historia naval con ensayos y artículos. Pero en los noventa regresé a la novela, en principio con obras de ficción, aunque tendiera a utilizar algún hecho histórico como apoyo literario.

 

Has escrito otras muchas novelas, ¿por qué te decidiste a escribir una serie de estas características? ¿Qué tiene una serie para que te resulte mejor para expresar lo que quieres?

La serie comenzó por casualidad, como sucede con tantas empresas en la vida. Tras escribir "La Galera Santa Bárbara" y disfrutar mucho en su composición, pensé en la posibilidad de continuar la obra con el hijo del galeote como personaje principal. Una vez acabado el segundo volumen, comprobé que tenía en la mano la posibilidad de encarar la primera colección de novela histórica naval española, un género dominado por los escritores británicos sin discusión. Fue el momento de planificarla a fondo y con detalle. Como ya había comenzado en la segunda mitad del siglo XVIII, el momento de nuestro mayor poder naval y mi especialidad histórica, decidí continuar desde ese momento hasta la Guerra Civil de 1936. Y desde luego, una serie de este tipo es el camino ideal para exponer la historia de la Armada.

 

¿Cómo está estructurada? ¿Cuál es el propósito fundamental?

En un principio la estructuré en 45 volúmenes para abarcar el periodo expuesto. Sin embargo, al atacar determinadas etapas históricas como la Guerra a la Convención francesa o la Guerra de la Independencia, aumenté el número al comprobar lo poco o casi nada que había escrito sobre la Armada en momentos tan importantes de la historia de España. De esta forma, se fue extendiendo el número y en la actualidad la estructura de la serie abarca los 56 volúmenes. Teniendo en cuenta que en estos momentos escribo el volumen decimoctavo, queda mucha tela por cortar y espero disfrutar de salud suficiente y apoyo de los lectores para culminar la colección.

El propósito fundamental de la Serie es, sin duda, dar a conocer la historia de la Real Armada, ese apartado tan importante de la historia de España y desconocido por el español de a pie en un elevadísimo tanto por ciento. No podemos olvidar que somos una península y que a través de la mar descubrimos, conquistamos, poblamos y extendimos por más de medio mundo nuestra cultura y nuestra lengua. Si disfrutamos de un imperio ultramarino colosal durante tres siglos fue gracias a la labor de los hombres de mar, que lo mantenían con un esfuerzo extraordinario, una labor callada del día a día, desconocido casi por todos. Y cuando la Armada cae a mínimos de vergüenza por la incomprensible y ciega acción del poder político, se disuelve el fabuloso imperio como un azucarillo en el agua. Siempre digo que mientras miramos hacia la mar fuimos grandes, poderosos y respetados en el mundo. Por el contrario, cuando centramos la vista tierra adentro, nos empequeñecimos como personas, como nación y como pueblo.

El segundo objetivo de la serie es dar a conocer nuestro riquísimo vocabulario marítimo, llamado a veces de forma peyorativa como parla, jerga o jerigonza marinera. No debemos olvidar que las primeras escuelas de navegación se encontraron en España -Casa de Contratación de 1503 y Colegio de San Telmo de Sevilla-, siglos antes que en cualquier otra nación. Por tal razón, en los demás países europeos aprendieron a navegar con nuestros libros y con nuestro lenguaje, lo que influyó mucho en su parla propia. Esas palabras del riquísimo vocabulario español, que se engloban en los diccionarios como de etimología naval, no siempre reconocidas adecuadamente por la RAE, merecen ser recogidas y divulgadas en alguna obra.

 

¿Va a ser una saga familiar hasta el final o se introducirán otros personajes ajenos a los primeros?

El plan es que toda la Colección se base en miembros de las diferentes generaciones de una familia entroncada en la Armada a lo largo de los años. Y no se trata de cualidad extraordinaria sino muy habitual en esa Institución a la que pertenezco con orgullo. En mi caso personal, por ejemplo, ya había miembros de mi familia en la Armada en la segunda mitad del siglo XVIII. No obstante y como sucede en el volumen decimosexto, algún familiar puede tomar el eje de la narración.

 

El papel de las mujeres parece ser algo secundario en una serie de marinos ¿hay algún personaje femenino destacado a lo largo de la serie?

En efecto, el papel de la mujer en la parte que podemos denominar como histórica es claramente secundario. Pero no se trata de misoginia alguna por mi parte sino debido, sencillamente, a la escasa o nula presencia de las mujeres en la Armada. De tal forma, su papel en la Serie queda reducido a la parte que podemos llamar novelesca y no puramente histórica. Y como pienso acabar la colección en 1939, no podré incluirlas a bordo de los buques de la Armada, como es habitual hoy en día.

 

¿Con qué personaje de la serie te sientes más identificado? O al menos, ¿cuál es el personaje que tiene más de ti?

Es una respuesta difícil porque ya navego por la tercera generación de la familia Leñanza. Todos los personajes llevan mucho de mí persona, desde luego, como es habitual en las obras de todo autor. Sin embargo, es posible que me identifique bastante con el segundo Leñanza, pero también y aunque parezca un contrasentido con Adalberto Pignatti.

 

¿Qué piensas de la relación historia/literatura? ¿Novela histórica o historia novelada?

Bueno, este es un tema digno de un alargado Seminario, del que se escuchan opiniones diferenciadas al ciento. En mi opinión personal, el primer obstáculo es la definición que de la "novela histórica" hace la Real Academia de la Lengua: La que desarrolla su acción en épocas pasadas, con personajes reales o ficticios. De acuerdo con esta definición, que encuentro desacertada y anticuada con el movimiento tan extraordinario que ha sufrido el género en los últimos treinta años, podríamos considerar como novela histórica toda novela que no se escriba en el Luisdelgado2momento presente. No discuto en ningún momento la libertad del autor para atacar cualquier episodio histórico a su gusto y conveniencia. Pero quizás por mi vinculación a la Historia, estimo que se trata de una disciplina muy importante y seria como para frivolizar con ella.

La novela histórica es novela, desde luego, y obligada como tal a las tres partes inexcusables en toda trama. Pero se le adjunta ese adjetivo de histórica, cuyo principal significado es el de "perteneciente o relativo a la Historia". Defiendo por encima de todo el rigor histórico, si no queremos desinformar a los lectores. Porque, se quiera o no, un elevadísimo tanto por ciento de los lectores estiman como cierto lo que leen, aunque se trate de una fabulación absoluta. Por ejemplo, yo podría escribir una novela sobre el combate naval de Trafalgar, en la que Nelson es derrotado y se suicida, que Gravina y Villeneuve abordan el buque insignia britano y otros episodios parecidos. Tal obra sería denominada como novela histórica, aunque yo la catalogaría más bien como novela de historia-ficción.

En fin, sé que muchos lectores mostrarán un profundo desacuerdo sobre estas opiniones, pero creo que deberíamos ser nosotros, los escritores, los que clarificáramos estos aspectos y ofreciéramos una solución o subdivisión del género.

 

¿Qué autores literarios te han interesado o te interesan más?

No eliminaría a ninguno de los que he leído. Creo que todo escritor no es más que la prolongación de un lector empedernido que, un día, se cree capaz de comenzar la tarea de escribir.

Pero dentro de que haya leído todo lo que ha caído en mis manos desde que era muy joven, me decanto por la novela como género, sin olvidar mi amor por la Historia. Cada página que has leído deja un poso mayor o menor en nuestra obra. No obstante y si he de decantarme por algún autor en concreto, creo que los que más han influido en mí como escritor son Salvador de Madariaga y Pío Baroja, para tocar las dos vertientes principales de mi trabajo literario. Admiro el rigor de Madariaga, el planeamiento de sus obras y su enorme esfuerzo de documentación, un factor este último que estimo de la máxima importancia. Y a Baroja lo conceptúo sin dudarlo como el mejor novelista español.

 

¿Qué personajes históricos navales te atraen más?

Como norma general, todos aquellos que han quedado en el más injusto de los olvidos, preteridos por otros que no les llegaban a la suela del zapato. Por ejemplo, el teniente general de la Armada don Antonio de Escaño, mayor general (lo que hoy sería jefe de estado mayor) de la escuadra española en Trafalgar. Era quien de verdad sabía lo que se llevaba entre las manos porque Gravina carecía de los necesarios conocimientos tácticos. Pero cuando se lee algo sobre Trafalgar, aparecen como "héroes" del combate Gravina, Galiano, Churruca y muchos otros, sin mencionarse jamás a Escaño, el mejor oficial de la Armada de aquellos años sin posible discusión. Y la prueba es que Escaño fue nombrado ministro de Marina por la Junta Central durante la Guerra de la Independencia y posteriormente miembro del Consejo Supremo de la Regencia. Bueno, no es más que un ejemplo de esos hombres de mar desconocidos por todos, que llevaron a cabo gestas dignas de ser recordadas al menos. Admiro profundamente a esos personajes anónimos y olvidados, y en ellos baso a menudo mis narraciones.

 

Si tuvieras una máquina del tiempo, ¿en qué época te hubiera gustado vivir como marino?

Sin duda alguna, durante la segunda mitad del siglo XVIII. No creo que haya existido un buque más hermoso que un navío o una fragata de aquellos años. Tan sólo el hecho de poder observar en la mar un navío de tres puentes y 112 cañones me sobrecoge el ánimo. Sin olvidar que entrar en combate con aquellos mastodontes de la mar, con más de mil hombres a bordo, debía ser una empresa gigantesca.

 

Has reeditado con Noray el primer libro revisado y con algunas modificaciones, ¿piensas revisar los que vayas reeditando?

La editorial Noray se hizo cargo de la serie a partir del volumen duodécimo, "La Corbeta Mosca". Me comunicaron su deseo de reeditar los once iniciales. Fue cuando decidí revisar los primeros ejemplares a fondo, por considerarlos un poco alejados de la colección en general en cuanto a su esquema, lenguaje y otros detalles. Por tal razón, el primer volumen ha sido editado, aumentado y corregido a fondo. De la misma forma aparecerán el segundo y tercero. A partir de ahí, las correcciones serán mínimas, aunque aumentarán de forma notable los planos geográficos de situación y esquemas.

 

¿Estás contento con la reacción del público ante tus libros?

La verdad es que me ha sorprendido el interés por las cosas de la mar en tantos lectores. De forma especial, me llama la atención cuando, en los diferentes foros o comunicaciones directas conmigo, aparecen personas de tierra adentro o, como decimos los de mar, "de secano". Incluso algún hombre del campo perdido en la pampa húmeda de Argentina. Posiblemente se trate del aspecto más reconfortante, en esa necesidad de ser leído que sufre todo autor

 

¿Sigues navegando a nivel particular, aunque sea en un balandro o en una lancha?

Siempre que puedo. Y resido cerca de la mar porque, en caso contrario, me faltaría algo muy importante para vivir.

Necesito ver las aguas, aunque sea en la terraza de un apartamento en la playa, tomar los prismáticos e imaginar que me encuentro en el puente de gobierno de algún buque. Pero ahora me limito a salir de baño con algún amigo, lo que también reconforta.

 

¿Cómo es tu relación personal con la mar?

Siempre fue una relación de amor y odio, tan habitual en casi todas las pasiones que sufre o disfruta el ser humano. La mar es superior y capaz de tragarse una catedral de tres cuerpos si así lo decide. Ese es el mayor de los retos para el hombre de mar, vencerla día a día, incluso cuando abre la boca con ampollas blancas en los dientes.

 

¿Alguna vez te has visto en alguna circunstancia realmente peligrosa en la mar?

Todos los que hemos dedicado nuestra vida a la mar hemos atravesado momentos muy delicados, incluso algunos de los que no te crees capaz de superar.

En mi caso particular son bastantes, de esos que hacen aparecer las primeras canas en el cabello. No obstante, siempre recordaré una navegación de Ferrol a Norfolk. Cuando navegábamos a unas cien millas al norte de las islas Azores, sufrimos un temporal impresionante. Las olas, con más de quince metros de altura, nos pasaban bigotes arriba como si la fragata fuera un juguete.

También en un buque pequeño sufrí un temporal frente a la barra de Setúbal, en la que conseguí entrar con la ayuda de todos los santos de la mar en especial y conjunta rogativa. Pero la satisfacción personal cuando has vencido a la Gran Señora, no se puede expresar con palabras.

 

¿Qué te sientes más, marino o escritor?

Al cien por cien de cada uno. Ya digo que ambas vocaciones crecieron en mí al mismo tiempo. Además, estimo que la mar es una excelente escuela para la vida en general y para el hombre de letras en particular.

Debo reconocer que el día a día en la mar me ha concedido una serie de vivencias y experiencias fantásticas, que me han enriquecido mucho y considero de vital importancia para mi formación como escritor. Y no me refiero solamente a la serie de novela histórica naval.

 

ver + Luis Delgado Bañón

 

¿Te ha gustado? Compártelo:

Comentarios de los lectores:

Publicidad
Anika entre libros
Actividad subvencionada por el Ministerio de Cultura
Ministerio de cultura

Esta web utiliza cookies para obtener datos estadísticos de la navegación de sus usuarios. Si continúas navegando consideramos que aceptas su uso. Más información X Cerrar