Ensayos elementales

Título: Ensayos elementales
Título Original: (Elemental Essays, 2025)
Autor: Eliot Weinberger
Editorial:
Anagrama
Colección: Argumentos
Copyright:
© 2025, Aurelio Major (de la traducción)
© 2025, Eliot Weinberger
© 2025, Editorial Anagrama, S.A.U.
Edición: 1ª Edición: Marzo 2025
ISBN: 9788433929266
Tapa: Blanda
Etiquetas: ensayo artículos filosofía pensamiento poesía épica mitología antropología cultura Oriente naturaleza recopilación literatura estadounidense no ficción fe y creencias
Nº de páginas: 407
Argumento:
En "Ensayos elementales", Eliot Weinberger nos ofrece más de cincuenta piezas ensayísticas (en el sentido más amplio del término) y fascinantes que exploran el mundo natural, la historia, la mitología y las creencias humanas con un estilo inconfundible. Cada ensayo se centra en un tema, desde fenómenos naturales hasta figuras históricas como Mahoma, animales como los leones o fuentes textuales procedentes de Oriente. Tejido a partir de datos históricos, fragmentos literarios y leyendas de distintas culturas, la ausencia de subjetividad o de relato personal convierte a esta recopilación de ensayos en un tapiz de maravillas, donde lo real y lo fantástica se encuentran sutilmente.
Con una erudición comparable a la de autores como Calasso o Borges, Weinberger compone un collage literario que nos recuerda que, aunque cambien las creencias o desaparezcan civilizaciones, los elementos esenciales del mundo, tales como las estrellas, el viento y los animales, permanecen como testigos silenciosos de la constante necesidad humana de dotar de sentido a la existencia.
Opinión:
Acercarse a "Ensayos elementales" de Eliot Weinberger es asomarse a un libro que ejerce una rara y persistente fascinación, porque plantea una pregunta fundamental: ¿qué es, en realidad, un ensayo? A primera vista, el volumen está formado por algo más de cincuenta textos de extensión variable sobre temas que parecen completamente dispares: Mahoma, los aztecas, los santos católicos, los mandeos, el kakuli o las estrellas. Cada pieza funciona como un artefacto independiente, sin una trama lineal que las hilvane, pero a medida que se avanza en la lectura, ciertos ecos y figuras reaparecen, estableciendo vínculos sutiles y casi secretos entre ellas (es el caso de personajes como Empédocles o el "niño pastor de bueyes", que irrumpen en varios lugares y dotan así de leves resonancias internas a este mosaico textual). Poco queda en estos ensayos de la fórmula que halló Montaigne, pues Weinberger se borra por completo de la superficie del texto: no hay confesiones personales, ni reflexión íntima, ni rastro alguna de autoficción.
Algunos de los ensayos aquí reunidos están emparentados formalmente con el género de la poesía épica (es el caso de "La creación" o "De un himno a la diosa de las tres ciudades); otros, en cambio funcionan como listas o collages, en las que el autor enumera sucesos, creencias o anécdotas, encadenando fragmentos de culturas y épocas distintas. Así, por ejemplo, en su maravilloso ensayo "El rinoceronte", describe minuciosamente la historia de cada ejemplar que llegó a Europa desde el siglo XVI, anotando las fuentes literarias donde se les menciona, hasta cerrar con una imagen que vincula la soledad del animal con la condición humana. Y, en el bellísimo "Las estrellas", que cierra el libro, hilvana afirmaciones de distintas culturas sobre qué son las estrellas (hielos que reflejan la luz del sol, clavos clavados en el cielo, agujeros en el velo que separa al hombre del mar de luz…), de tal manera que compone un tapiz de creencias humanas, siempre en busca de significado ante lo elemental.
Pese a su aparente frialdad factual, la prosa de Weinberger vibra con un ritmo casi litúrgico, fruto de su dominio de recursos poéticos, que va desde la anáfora y el paralelismo hasta una imaginería cargada de misterio. Su estilo evoca tanto a Borges (a quien, no en vano, ha traducido) como a David Markson, por su tendencia a la fragmentación y la enumeración; su método, en apariencia simple, es de una sutileza abrumadora, pues a fuerza de omitir, de reducir el texto a lo esencial, sugiere más de lo que dice, sin descuidar tampoco el valor del enigma y de la incertidumbre. Y, de hecho, la lista de fuentes al final de estos "Ensayos elementales" confirma lo que se intuye desde el principio: que Eliot Weinberger no se inventa nada. Su misión, con una vocación casi enciclopédica, es rescatar fragmentos del conocimiento humano disperso en textos remotos y devolvérnoslos, limpios y desnudos, para que contemplemos la belleza, lo insólito y lo trágico de nuestro mundo.
Sus ensayos son, en última instancia, fragmentos poéticos que logran que el lector contemple seres, objetos y hechos que parecían fantásticos, pero que forman parte real de la historia humana.
*Publicado por Anagrama.
Darío Luque
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Comentario de los lectores:
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