En órbita con Thomas Pesquet

Opinión:

Entretenido, divertido, informativo, divulgativo, una fabulosa manera de acercar ciertos elementos de la ciencia y de la tecnología mediante el uso de las viñetas, de la novela gráfica, en definitiva.

Marion Montaigne, autora de un weblog de divulgación científica, posteriormente pasado a cómics, convenció al protagonista, el astronauta Thomas Pesquet a seguir sus pasos en una historieta sobre la Estación Espacial Internacional. Pesquet es el astronauta más joven de la Agencia Espacial Europea, y sobre él ya se habían realizado algunos documentales.

En el cómic que estamos reseñando, además de las fases de examen, preparación, asignación de misión, vuelo a la Estación, los meses de misión, etc., también seguimos al protagonista desde su niñez, en sus primeros sueños de ir al espacio, sus estudios, sacrificios, formación, y trabajo hasta que, finalmente, puede presentarse a las pruebas de la Agencia Europea.

Si hasta ese momento no falta el humor en la novela gráfica, a partir de aquí, cuanto más se endurecen las pruebas para ser aceptado, y los posteriores entrenamientos, cada vez más duros (tanto física como mentalmente), el nivel de humor aumenta, llegando muchas veces a la socarronería, rozando el humor cáustico, pero siempre dentro de los parámetros de la divulgación, sabiendo muy bien donde detenerse, para relajar la "tensión" de la vida de los astronautas (o aspirante a ello), pero sin dejar de lado en ningún momento el enfoque científico/divulgativo.

La autora fue parte de la prensa acreditada que siguió los entrenamientos de los astronautas, por lo que sabe muy bien de lo que habla; asimismo, su "asociación" con Pesquet consigue que conozcamos de primera mano todo aquello que ella misma no puede conocer, como la vida en la Estación Internacional, y las labores, la convivencia, las misiones extravehiculares, etc, etc.

Thomas Pesquet, por lo que se ve, ha suministrado buen y adecuado material que Montaigne ha sabido transcribir a viñetas, a la vez que dotarlo de ese sentido del humor (cáustico y socarrón a veces) que venimos comentando.

Los dibujos, a veces muy simples, en ocasiones en exceso; sin embargo, en otras, son más detallados: esto nos hace pensar que la simplicidad de ciertas ilustraciones está realizada adrede, para mantener la atención más en lo que quiere contarnos, ya sea divulgativo, como humorístico. Como digo, muchas veces ese humor descarga la tensión de ciertos momentos (asociación de sádicos contratados para confeccionar el examen de admisión; Dios creando un Universo alocado y con reglas absurdas; unos científicos que llegan a la firme conclusión de que los astronautas son, sin duda, humanos; un sistema de gestión de la Estación visto como una niñera/madre que les abastece de todo lo necesario; las tensiones y las colaboraciones entre las potencias mundiales; los chistes y bromas sobre Yuri Gagarin y Laika...)

Pesquet ha sido elegido como tripulante en la segunda misión de la Crew Dragon de SpaceX, de la compañía de Elon Musk, creada para la NASA.

Esta obra ganó, en 2018, el Premio del Público del Festival Internacional del Cómic de Angoulême.

Sirva el primer párrafo de esta reseña directamente como valoración de la obra.

J. Javier Arnau