El sueño de Ares

Opinión:

En esta nueva novela, la segunda, el autor reflexiona sobre lo propensa que es la humanidad a ejercer todo tipo de violencia, ante la que parece inclinarse con placer y deleite.

Rafael Narbona ha apostado fuerte por el título, "El sueño de Ares", ya que este nos da un indicio de lo que nos encontraremos a lo largo de las profundas visiones del autor, no obstante este personaje mitológico es el gran dios de la guerra, vengativo, cruel, sanguinario y salvaje, a la par que se nos presenta como alguien atractivo, cautivador e hipnotizador.

Nos encontramos ante un paseo en el que, a través de cada uno de los quince relatos, veremos el mal en todo su apogeo, el dolor y la desolación, el terror y la fascinación que la violencia puede llegar a producir. Así recorreremos un mundo en el que son protagonistas tanto verdugos como víctimas y veremos la violencia encarnada a través de gángsteres mafiosos, personajes legentarios como Billy el niño, voluntarios norteamericanos en la guerra civil española, fugitivos y asesinos, víctimas de la Segunda Guerra Mundial, un perturbado Edgar Allan Poe, etc.

Para introducirnos en estos relatos, a cada cual más demoledor, el autor se inspira en una carta escrita por Jack el Destripador; nadie mejor para presentar semejante arte de violencia y terror.

Como la mayoría de los relatos están escritos en primera persona, Rafael Narbona logra llevar la angustia y el terror a nuestra mente sin que nos demos cuenta, hasta que ya sólo queda lugar para la reflexión y superar esa sensación de miedo que se palpa en las páginas.

Como en su anterior novela, "Miedo de ser dos", el autor consigue transmitirnos esa desazón que fluye a través de las páginas gracias a su prosa sencilla en la que imperan las frases cortas y claras, de ideas apabullantes y directas que llegan a la mente del lector con una fuerza inigualable obligando a repensar el mundo en el que vivimos, a mirar la sociedad que nos rodea y a plantearnos como queremos actuar.

Tras la lectura nos quedamos con la sensación aterradora de que tal vez la maldad va insertada en nuestro propio ser y que se necesitaría de una enorme fuerza interior para conseguir vencerla.

Un libro recomendable para tratar de mirar de frente el horror que ejerce la humanidad y reflexionar sobre nuestras acciones pasadas, presentes y futuras.

Mila L. Castelo