El maestro de la mano negra

Opinión:

Una novela dura, intensa, trágica, que nos conduce a aquellos años de hambre, ignorancia, represión, extrema desigualdad social y represión política, y de emergencia de movimientos obreros, en este caso jornaleros, que eran perseguidos mediante una violenta represión.

Los personajes que traza Algora permiten al lector entender cabalmente aquellos tiempos tan convulsos, en una Andalucía azotada por la miseria, por jornales que apenas alcanzaban para el sustento de una familia, de ese trágico y forzoso nomadismo en busca de un trabajo temporal y precario, mientras la opulencia más obscena se señoreaba ante la mirada resignada de los más pobres de la tierra.

En tiempos tan extremos, el crimen y la desesperación estaban separados por una línea invisible, porque el hambre provocaba actos impensables en otros tiempos, por aquellos que no tenían nada que perder.

Una fina separación que jaleaba a un poder en todas sus expresiones, políticas, económicas, incluso sexuales, a reprimir cualquier atisbo de protesta, de rechazo, de libertad.

Es meritorio el retrato en esta novela de esa policía violenta y servil al poder económico, de esa justicia más ocupada en preservar el sistema que en la verdad y la justicia, de ese periodismo ávido del espectáculo que olvida su independencia para sacrificar su oficio a costa de una información rigurosa y veraz.

Carlos Algora ofrece esa literatura ahora por desgracia tristemente olvidada, de retrato social crítico de un tiempo histórico. Con una lograda construcción de personajes y un buen tiempo narrativo, una de las grandes virtudes de esta novela es que ofrece un brillante retrato, completo, eficaz, de todos los perfiles que son de interés para que el lector comprenda los acontecimientos que zarandearon la sociedad española en aquellos convulsos años, bebiendo de fuentes históricas e interpretando con los ojos de hoy ese trágico monumento a la injusticia.

Y en ese retrato, destaca ese maestro al que se le atribuyen todas las felonías y crímenes posibles, que en realidad encarna el miedo del poder tiránico al libre pensamiento, a la educación, a la cultura, como peligrosas simientes de un cambio que cuestionase tan excesivos privilegios y extrema desigualdad social.

Una buena novela histórica, que permite al lector adentrarse en esa olvidada página de nuestra Historia.

Jorge Riet